Blay
-¿Blaylock? ¿Por qué no contestas el teléfono? ¡He estado
llamando hace más de una hora!
-Lo siento padre estaba… durmiendo
-Tu madre estaba preocupada, no contestas las llamadas y
tampoco has venido a casa – podía escuchar claramente el tono de reproche de mi
padre a través del teléfono y eso hacía que me sintiera mal. En toda la semana
había estado tan distraído que no había prestado atención a mi teléfono o las
llamadas perdidas que habían en el.
-Lo siento yo…
-No necesito que me des una explicación hijo, no llamo para
eso – todo mi cuerpo se tenso cuando el tono de voz de mi padre paso a uno que
conocía desde pequeño, era el que usaba cuando tenía algo serio que decir.
-¿Le paso algo a Mahmen? ¿Está todo bien?
-Tu madre está bien, no te preocupes. De lo que quiero
hablar es de ti y tu futuro – un mal presentimiento recorrió todo mi cuerpo –
hoy vendrá alguien importante de visita y necesito que estés aquí – la línea
quedo en silencio por un largo periodo de tiempo, escuche como mi padre me
llamaba un par de veces pero no le podía contestar, mi mente estaba anegada en
imágenes y pensamientos - ¡¿Blaylock?!
-¿Mi… futuro?
-Tu Mahmen está preocupado y yo creo que es hora de que
asumas tus responsabilidades con la familia, pero no quiero hablar esto por
teléfono. Te espero en una hora en casa – la línea quedo muerta luego de eso.
Me senté en la cama y trate de reprimir los temblores que
tenía mi cuerpo. Esto era malo y mi corazón lo sabía.
No podía controlar el impulso de querer salir corriendo para
faltar a la cita con mis padres. “mi futuro” ellos querían hablar sobre un
futuro que yo había decidido por mi mismo hace solo unas horas. Las imágenes de
Qhuinn durmiendo en mi cama y de nosotros juntos se comenzaron a borrar en mi
mente, que estaba llena de pensamientos negativos, encendí un cigarrillo de
forma inconsciente sin poder dejar de pensar.
-¿Estás bien? – me sobresalte al escuchar la voz de Qhuinn a
centímetros de mi oído. No me había percatado del momento en que llegaba a mi
lado.
-Si, no es… - iba a decir que no era nada, solo por
costumbre, iba a negar mi estado emocional frente a él y hacer parecer que todo
estaba perfectamente bien – no, no estoy bien
– dije decidido a contarle lo que
me pasaba – mi padre llamo y quiere hablar sobre “mi futuro” debo estar en casa
en una hora – sentí como el cuerpo de Qhuinn se tensaba junto a mi antes de
sentarse en la cama
-¿Quieres… que te acompañe? – su tono de voz fue bajo y la
pregunta salió como un susurro de sus labios, pero de alguna forma yo sabía que
lo decía desde el corazón y eso logro que me calmara.
-No, Yo… aun no estoy preparado para decirle lo nuestro a
mis padres – el cuerpo de Qhuinn se tenso nuevamente – no es por vergüenza
–agregue rápidamente, mirándolo a los ojos – yo jamás me avergonzaría de ti
Qhuinn, es solo… que necesito tiempo para saber que les diré y como.
-Esta… bien. Solo recuerda que yo estoy aquí y no te dejare
solo.
Las palabras de Qhuinn me acompañaron en todo el camino a
casa, el miedo que había sentido por la llamada de mi padre no había
desaparecido, pero si había menguado. Venia preparado y fuera lo que fuera
creía con todo mi corazón que lo afrontaríamos juntos, después de todo no había
esperado todo este tiempo para dejar a Qhuinn tan fácilmente.
Cuando llegue a casa fue recibido por un Doggen el cual me
dijo que mi padre estaba en el despacho. Me dirigí directamente hacia él,
recorriendo los pasillos y recordando mi infancia.
En estos mismos pasillos
solíamos ocultarnos con Qhuinn cuando destrozábamos algo, aquí jugábamos,
reíamos y peleábamos por todo. Sonreí al ver una marca en la pared que había a
la altura de mi cintura, producida por el golpe de un bate de beisbol, aun
recordaba cuando tuvimos la gran idea de jugar beisbol dentro de la casa y
quebramos alrededor de cinco floreros de Mahmen y un cuadro que había comprado
papá a un pintor famoso…
-¡Blay! Hijo, te extrañaba tanto – sentí los brazos de Mahmen
rodearme por la cintura y a su menudo cuerpo encajar perfectamente entre mis
brazos, que la cubrían completamente. La abrace con fuerza sintiéndome un mal
hijo por no visitarlos más a menudo.
-¿Blaylock? Entra – escuche la voz demandante de mi padre
resonar por el corredor. Dándole un cálido beso en la frente a mi Mahmen, la
deje y me reuní con mi él – Padre – dije en forma de saludo
-¡Hijo! ¿Ahora debo llamarte para que vengas a la casa de
tus padres? – baje la cabeza avergonzado por el reproche, me lo merecía y eso
hacía que me sintiera mas avergonzado.
-No avergüences así al chico Rocke – me sorprendí al
escuchar esa voz tan conocida a unos metros de mi. Gire mi cabeza en su
dirección y fui recibido por un rostro que no veía hace mucho tiempo.
El cuerpo firme, el pelo color chocolate, los ojos de un
mismo tono, una piel blanca y un poco marcada por la edad. Todos los rasgos que
conocía muy bien desde mi infancia.
-Jahk – dije al mismo tiempo que me giraba completamente
hacia él y lo saludaba.
Jahk era el mejor amigo de mi padre, era como un segundo
padre para mí. Lo conocía desde mi infancia, siempre estaba en las cenas
familiares, reuniones importantes y en todos los sucesos relevantes de nuestras
vidas. Cuando pequeño no podía comprender como él y mi padre eran amigos
“Jahk”, como me obligaba a llamarlo, es una persona que odia los títulos
formales, que no se esconde detrás de una fachada y que siempre dirá y actuara
como Él crea que es correcto. Mi padre en cambio es estricto y siempre se
preocupa de recibir el debido respeto como un miembro de la Glymera.
-Blay has crecido mucho desde la última vez que te vi chico
- me dio un fuerte abrazo y sacudió mi
pelo como cuando era pequeño – quien diría que te transformarías en ¡todo un
guerrero!
-No soy un guerrero – dije avergonzado por su alabanza –
técnicamente aun no soy uno, solo ayudo al rey – lo escuche reír con una fuerte
carcajada y su mano desordeno nuevamente mi cabello
-Sigues siendo igual de tímido que antes ¿he? aun te
sonrojas cuando te avergüenzas – había un tono de cariño en su voz el cual me
hizo sonrojar y reír al mismo tiempo.
-¿Quién es el que molesta a chico ahora he Jahk? – pregunto
mi padre que se había levantado del escritorio y llegado junto a nosotros.
-Lo siento, lo siento. Es que no veía a Blay desde hace
mucho tiempo. Haz hecho un buen trabajo Rocke, sé que puedo confiar en él para
cuidar a mi pequeña.
-Gracias, pero no merezco todo el crédito. Blay es un hijo
ejemplar, siempre ha sido como ahora. Creo que tuve mucha suerte con él. Estoy
seguro que jamás me defraudara. –
-Te envidio Rocke. Yo siempre desee tener un hijo, pero como
no pude te quitare el tuyo – los escuche reír
a lo lejos, mi mente estaba aún tratando de entender las palabras de
Jahk “cuidar a su hija”… ¿qué significaba eso? ¿Por qué debía de cuidar a
Sophie? Todas estas preguntas rondaban en mi mente dejando la conversación en
segundo lado.
Mi cuerpo estaba tenso, tratando de entender todo lo que
significaba esta conversación, sabía que
en el fondo de mi mente el significado era claro, pero yo no quería
averiguarlo. Tenía miedo, miedo de lo que podría causar esa respuesta, miedo de
lo que debería perder por esto, miedo de…
-Sophie estará encantada con la noticia, aun recuerdo cuando
era pequeña y nos dijo que quería emparejarse con Blay ¿lo recuerdas Rocke? –
los escuche reír alegremente junto a mi sin darse cuenta de la mirada asustada
que debería reflejarse en mis ojos.
-Como no recordarlo, tu pequeña siempre a pedido lo que
quiere desde que aprendió a hablar, es igual a su padre.
-Sabemos lo que queremos – los dos machos estaba joviales y
yo me estaba quemando por dentro.
-Padre… - me oí decir en un susurro apenas audible. Los dos
machos detuvieron su conversación y me miraron.
-Oh, perdón hijo nos sumergimos en recuerdos.
-Muy buenos recuerdos – agrego Jahk – bueno hijo, tu padre y
yo te llamamos para hablar contigo. Creo que ya sabes el por qué.
-No… no lo entiendo – no sé si dije las palabras en voz
alta, la cabeza me zumbaba por el fuerte latir de mi corazón y no era capaz de
escuchar ni mi propia voz
-Creo que es mejor que se lo expliques tú Rocke.
-Hijo – mi padre me guía hasta un sillón, caí en el
intentando no hundirme en el proceso – sé que debes estar muy sorprendido por
esto, nunca lo habíamos hablado antes, pero yo y tu madre pensamos que ya es
hora de que te emparejes.
-Desde que nació mi Sophie, tu padre y yo habíamos hablado
sobre esta posibilidad. Siempre he querido dejar a mi hija en manos de alguien
en quien confié y no encuentro a un mejor macho que tu, hijo – sentí la mano de
Jahk en mi hombro y tuve que ocupar toda mi fuerza para no quitarla bruscamente
-Queríamos esperar un tiempo y dejarlos decidir por ustedes
mismos, darles la posibilidad de
encontrar a alguien más, pero tu madre está muy preocupada e inquieta
últimamente. Se entero del accidente que tuviste hace una semana, cuando
perdiste tus recuerdos y desde ese día no ha dormido bien. Para poder
tranquilizarla tuve que llamar a la hermandad y confirmar que te habías puesto
bien, ya que tú no contestas tu teléfono.
-Yo… yo no sé… - estaba sin palabras, mi corazón martillaba
como nunca, sentía la boca seca y veía el rostro de Qhuinn una y otra vez
repitiendo el beso tierno que deposito en mis labios antes de dejarme ir esta
mañana.
-El anuncio será hecho formalmente a la Glymera en una
semana más – dijo mi padre – sé que aras lo correcto hijo, Sophie es la mejor
Shellan que podrías pedir y tu madre está encantada.
-Cuida de mi pequeña Blay. La dejare en tus manos – sentí
como la mano de Jahk palmeaba mi espalda y no lo soporte mas, de un salto me
puse de pie con todas las articulaciones tensas.
-Debo… debo retirarme – deje el despacho de mi padre a toda
prisa, pasando por el lado de Mahmen que estaba junto a la puerta y dejándolos
a todos tras de mi confundidos.
¡¡¡NO!!! ESTO NO ES POSIBLE, ¡NO LO ES! No lo podía creer
¿Por qué ahora? ¿Por qué a mí? ¿Cómo afrontaría esto? ¿Cómo se lo diría a
Qhuinn? ¿Qué dirá él? ¿Debería decirle a mis padres que soy gay? un millón de
preguntas rondaban mi mente y ninguna solución.
Me sentía destrozado, confuso, solo, desesperado y con una
necesidad ferviente de gritar y destrozar todo. Odiaba al destino y sus crueles
jugarretas, justo cuando me daba lo que mas quería, me enseñaba a estar seguro,
cuando empezaba a vivir… me lo quitaba con un balde de agua fría, despertándome
de un sueño ridículo y enseñándome que la vida no es más que una sucia y vil
fantasía.
Qhuinn:
Sentado en mi habitación en medio del completo desorden no
podía evitar estar preocupado… Blay estaba en casa de sus padres, parte de los
hermanos patrullando, y yo sentado sobre mi culo por que el rey consideraba que
en las patrullas “trabajaba mejor si lo hacia con Blaylock” así que me dio la
noche libre, joder, jamás pensé que esas palabras del Rey me harían maldecir en
vez de amarlo por ello, pero las circunstancias eran diferentes.
Mi cuerpo estaba en una tensión tal que en cualquier momento
saldría detrás de Blay a acompañarlo para lo que fuese que lo quisieran sus
padres, pero mi mente (últimamente mas fuerte) sabia que debía quedarme aquí,
que si él me dijo que estaría bien solo, lo haría, además no necesitaba
añadirle a todo el asunto la presión de temer por que yo metiera las patas como
lo hacia de costumbre, así que nuevamente gano la razón y me quede sentado
mirándome las botas, pensando a que se referiría el padre de Blay con respecto
a su “futuro”.
Luego de varios minutos dándole vueltas al asunto no se me
ocurría nada que fuese bueno, todas mis fichas apuntaban a que sus padres
querían hacer que renunciara a la hermandad y volviera a casa para llevar la
vida de aristócrata de la cual nunca debió desviarse, pero joder si yo
permitiría que se lo llevaran de mi lado y justo ahora que yo había encontrado mi lugar junto a él, nop
eso simplemente no sucedería, así que me obligue a no pensar en ello.
Cuando estaba a punto de salir a deambular por la mansión
para mantener la mente ocupada se me ocurrió una idea, recordé que hoy también
era el día libre de John y ya que Xhex estaba fuera por un asunto con las
sombras probablemente el macho esta sintiendo igual de desgraciado e incompleto
que yo, además estos últimos días yo había estado tan ensimismado en esta nueva
etapa que estaba viviendo con Blay que ni siquiera había tenido tiempo de ir a
hablarlo con John, a pesar de siempre luchar juntos como mi calidad de Ahstrux
Nohtrum me obligaba, no habíamos podido comentar nada, así que esta era mi
oportunidad, y esperando que el macho estuviese en su habitación aun fui hacia allá
y golpee suavemente la puerta.
Dos silbidos me invitaron a pasar como ya acostumbrábamos y abrí
despacio la puerta, ahí estaba mi amigo, vistiendo solo unos pantalones sin
zapatos ni camiseta con el pelo aun goteando y la ropa de ejercicios botada en
el suelo, probablemente había estado entrenando.
-Que hay chico
grande?- me acerque a darle un medio abrazo y me senté en la orilla de la gran cama- hace
mucho que no hacemos nada tu y yo Johnny Boy y creo que es nuestro día de
suerte, digo, si no tienes nada que hacer- el me miro y rápidamente comenzó a
gesticular.
-Hey, estoy desocupado, ¿que tienes en mente?- pregunto
rápidamente en el ya común lenguaje a señas.
-No lo se, ¿vamos al Iron por algunas coronas? Ya sabes, al
menos coronas para mí, por que aunque estemos libres debo cuidarte el culo por
lo tanto no puedo estar muy ebrio- hice una mueca recordando que mi labor era
24/7
-Esta bien, termino de vestirme y vamos, ya que algo me dice
que tenemos mucho que contarnos- gesticulo con una sonrisa picara y le enseñe
el dedo corazón
-Yup, ambos cabrón, así que te espero abajo, no te tardes-
me fui a mi habitación a por mis armas y baje rápidamente al vestíbulo a esperar
a John.
Llegamos al Iron sin problemas, una vez sentados en la mesa
de siempre pedimos unas coronas y nos miramos mutuamente.
-ok, ok no esperare que lo preguntes, sip, con Blay estamos…
juntos- comencé luego de un rato, obviamente John lo sabia, pero aun así debía
decírselo.
-Soy mudo, no ciego Qhuinn, aunque me alegro mucho por
ustedes, de verdad, ya era hora que te dieras cuenta de lo que tenias al
frente, solo espero que sepas usar la cabeza esa vez y no jodas todo- gesticulo
con una mirada de alivio.
-Oh vamos, ni que lo digas, no te imaginas lo que he pasado
estas ultimas semanas- pase mis manos por mi cabeza- ¿sabes lo que es tener a
la persona que… quieres frente a ti y que
no sepa quien puñeteros eres? ¡Creo que fueron las horas mas frustrantes de mi
jodida vida!- John soltó una carcajada y
bebió de su cerveza negando con la cabeza.
-No todo en las relaciones es color de rosas bro, a veces
debes apañártelas como mejor puedes, si no mírame a mi, si no tuviese la
capacidad de adaptarme a las ocurrencias de Xhex estaría acabado y solo- un
brillo fugaz paso por sus ojos y supe que las cosas no iban del todo bien, pero
conociendo a John, sabia que no debía preguntar.
-Lo se, aunque a quien le costara mas adaptarse será a Blay,
ya sabes, por sus padres y todo, digo, ¿como les explicas que eres gay y al
mismo tiempo que estas llevando una especie de relación con quien fue tu mejor
amigo de la infancia?, se espantaran, al menos yo no tengo nada que perder, ya
que no tengo familia mas allá del jodido de mi primo a quien por cierto Blay
mando a tomar por culo… bueno, no literalmente –sonreí con orgullo al recordar
que él había tenido que elegir entre el y yo, y no dudo ni un instante en ir
conmigo, a pesar de ser yo quien menos lo merecía.
-¿Ves? Eso se ira dando de a poco, debes tener paciencia, la
vida es larga para nosotros, así que tienen muchos años de disfrute por delante
hasta que les toque el asunto de sus padres- alzo las cejas de modo sugerente-
y solo para que lo sepas, estoy alegre por ustedes, de echo, creo que estoy mas
aliviado que alegre, no sabes lo bueno que es no soportar la jodida tensión
sexual entre ustedes todo el tiempo, lo cual no quiere decir que quiera saber
que es lo que hacen para aliviarla-negó despacio- eso resérvenlo para ustedes
mismos.
Y así pasaron algunas horas, ambos bebiendo unas cuantas
coronas, hablando de nuestras relaciones sentimentales, lo cual era de algún
modo nuevo, pero se sentía realmente gratificante por fin hablar libremente de
mis sentimientos con alguien, hablar de mis anhelos y miedos, y ¿porque no? De
un futuro junto a Blay, por que eso era en todo lo que podía pensar desde hace
algunos días, nuestro futuro.
Una vez de vuelta en la mansión ya casi había olvidado todo
el asunto de los padres de Blay, me sentía en una especie de paz interior que
era jodidamente genial, habíamos hablado por mas de 3 horas con John cuando
decidimos volver aun faltaba mucho para el amanecer pero el tenia unos asuntos
pendientes con Tohr y yo quería estar en la mansión para cuando Blay regresara,
así que volvimos prometiéndonos volver nuevamente pero esta vez con Blay y
recordar nuestros viejos tiempos de cuando éramos solo unos críos, subimos las
escaleras empujándonos y riendo de cosas idiotas como en los viejos tiempos y
nos separamos cuando yo entre en mi habitación y el siguió su camino.
Decidí pasar a mi cuarto primero convencido de que Blay aun
no había llegado, su madre siempre insistía en que la acompañara a tomar el té
o cosas así, asi que aun tenia una o dos horas para mi, por lo que me quite las
armas con cuidado y las guarde, me desvestí y fui por una ducha, me tome
mi tiempo bajo la regadera, cerré mis
ojos por unos instantes y las imágenes de todo lo que había pasado con Blay se
apoderaron de mi cabeza en un instante, mis manos recorriendo s cuerpo, su
lengua jugueteando con mi ombligo… un escalofrío me recorrió la espalda y medio
me sorprendí al notar que mi polla estaba dura como roca, sonreí pensando que es
lo que sucedería esta noche, toque mi cuello y recorrí el punto exacto en donde
Blay había encajado sus colmillos, lo que me recordó que yo no había podido
probar su sangre… así que esta noche seria mi turno, saborearía el exquisito
liquido vital, y el me lo daría gustoso, apostaba a por ello.
Salí de la ducha y anude una toalla en mis caderas, camine
de vuelta a la habitación para poder vestirme y de pronto me golpeo un mareo
que me dejo aturdido, camine despacio hacia la cama y me senté un momento
pensando en que mierda me pasaba, no me había sentido mal y…. oh santa mierda,
sangre, eso era, ni siquiera podía recordar cuando había sido la ultima vez que
me alimente… y últimamente había perdido mucha sangre… joder, con todo el
ajetreo de estas últimas semanas ni cuenta me di de lo débil que he estado, y
con lo que bebió Blay mas aun, tengo que remediar eso cuanto antes, pero ahora
al hacerme la idea e imaginarme traspasando con mis colmillos el cuello de una
hembra…. –sacudí mi cabeza- bien, luego pensaría en ello, hablaría con Layla,
ya que siempre ha sido ella quien me alimenta, y por suerte para mi jamás he
bebido de su cuello, siempre de la muñeca, eso ha hecho siempre las cosas mas
fáciles entre nosotros…
El sonido de vidrio quebrándose estrepitosamente me saco de
mis pensamientos, provenía de la habitación contigua a la mía… la habitación de
Blay.
Rápidamente me puse unos pantalones a toda prisa y fui corriendo hacia su habitación pensando en que puto
momento había llegado, sin molestarme en golpear abrí la puerta y me dio la
bienvenida una nube de humo de cigarrillos, sip, probablemente Blay había
estado fumando, y mucho, reprimiendo la cara de asco me apresure a buscarlo, la
habitación estaba desordenada, habían cosas rotas en el suelo, fui hacia el
cuarto de baño y ahí estaba el…. Frente al espejo que estaba echo trizas, con
las manos ensangrentadas y la camisa salpicada en sangre, agarraba con ambas
manos el lavabo y tenia la cabeza agachada, su cabello no me permitía mirarle el
rostro, solo alcanzaba a ver el hilillo de humo que le salía por el cigarrillo
sostenido por la comisura de sus labios.
-B… Blay- su nombre salió en un susurro de mis labios, no
lograba entender nada, todo lo que había en mi mente es que algo realmente malo
había pasado.
El no respondió pero su cuerpo se tenso al sonido de mi voz,
sus manos aferraron mas al lavabo y comenzó a temblar, sin decir nada comencé a
acercarme despacio, y una vez a su lado acerque mis manos a su rostro, quite el
cigarrillo de sus labios apagándolo en el lavabo y le levante el rostro para
poder mirarlo a los ojos, el despacio fue cediendo y cuando su mirada hizo
contacto con la mía me quede helado, tenia los ojos hinchados y el color azul
de sus iris estaba opaco, y su mirada solo trasmitía pánico, justo cuando yo iba
a abrir la boca para decir algo, repentinamente y dejándome completamente atónito
se lanzo hacia mi en un abrazo que me dejo sin aliento, me abrazo aferrándose a
mi de una forma en que jamás había echo, buscando apoyo, yo sin saber que
pasaba lo rodee con mis brazos y acaricie su cabello mientras los minutos
pasaban, y el no dejaba de temblar, quería decirle que todo estaría bien, que
sea lo que sea que había pasado con sus padres podía solucionarse, pero todas
mis palabras quedaron atascadas en mi garganta sin poder salir cuando un
imperceptible sollozo salió de sus labios, y yo pude sentir como mi corazón se rompía
y mi alma se partía en dos.
Continuamos así, en silencio abrazados por lo que me
parecieron horas, luego no lo soporte mas, separe unos centímetros de mi cuerpo
a Blay odiando cortar el contacto, y lo dirigí hacia la habitación.
-Blay, dime que pasa, sea lo que sea puedes contármelo,
sabes que no te dejare solo- susurre mirándolo a los ojos pero por algún motivo
el desvió la mirada y se sentó en la cama tirándose los cabellos.
-No lo entiendes Qhuinn, esto va mas allá de nosotros, esto
no puede ser, yo… yo… jamás lo pensé, no estaba dentro de mis posibilidades es…
es… ridículo- y así siguió balbuceando hablando mas consigo mismo que conmigo,
pero por todo lo que dijo no pude deducir nada, y ya me tenia nervioso, él
estaba en una especie de shock y yo ya perdía la paciencia.
-¡¡Detente!!-tome su rostro en mis manos fuertemente
obligándolo a mantenerme la mirada, cosa
que él había estado evitando- dime de una jodida vez que mierda sucedió en casa
de tus padres que te tiene así, dime de una maldita vez que paso para que creas
que no tiene solución o no lo entiendes o lo que coño creas, ¡¡pero dímelo
ahora antes que pierda los nervios!!.
-Me voy a emparejar.
Cuatro palabras, cuatro jodidas palabras que hicieron que el
mundo me diera vueltas y el corazón me corriera desbocado.
-¿Que coño has dicho?- tenia que estar bromeando, no podía
ser cierto, simplemente necesitaba que me dijera que no era una broma,
-Eso Qhuinn, Me. Voy. A. Emparejar. justo lo que oíste-se puso de pie- mi padre y
uno de sus jodidos mejores amigos planearon desde siempre esta unión con la
hija de el- se acercó a la mesita de noche- ¡y ahora que somos mayores creen
que llego la hora de concretarlo!-barrio con su brazo la mesita botando todo al
suelo quebrando las botellas y cosas que habían ahí- ahora solo queda
informarle a mama y la linda familia podrá crearse- se puso de pie y me miro a
los ojos-¿que dices a eso Qhuinn?.
A medida que Blay hablaba mi corazón se aceleraba a un ritmo
casi enloquecedor, sus palabras eran como puñaladas que me atravesaban el pecho
una y otra vez, pero lo que mas me dolió no fue lo que dijo, fue su mirada, y
su actitud, actuaba como si estuviese condenado al destino impuesto por sus
padres, como si no hubiese otra salida o alternativa, sus ojos mostraban ira,
resignación y pena.
-¡¡¡Detente joder!!!-fui y lo tome por la cintura antes de
que siguiera destruyendo la habitación, el forcejeo cegado por su ira, pero yo
lo tire hacia la cama y me abalance sobre el encerrándolo con mi cuerpo,
sujetando sus muñecas a los costados y dejando mi rostro a centímetros del
suyo.
-Blay, escúchame cabrón, no puedo creerme que pienses que el
emparejamiento realmente va a llegar a suceder, no seas gilipollas,
encontraremos la forma de revertir esto, hablaremos con tus padres, joder, si
quieres hasta yo mismo voy y les doy mil y una razones por las que el emparejamiento
no puede llevarse a cabo, podemos decir que te enamoraste de una elegida, que
te iras a una misión lejos, que no estas listo para el compromiso,¡¡ joder!!
Hasta puedes decir que perdiste la jodida memoria y ¡tu estas aquí destruyendo
todo por que crees que no hay salida!- el me miraba con los ojos como platos
mientras le escupía la verdad a la cara- no se en que momento dejaste de ser un
luchador para convertirte en un cobarde Blay, por que si de algo estoy seguro,
es de que me enamore de un jodido luchador.
Blay
-¡Tengo miedo! – sentí como un sollozo ahogado escapaba de
mi garganta y escondí mi rostro en el cuello de Qhuinn – no quiero… no quiero
perderte ¡JODER! – mi voz salió quebrada en la última palabra y los estúpidos
sollozos no paraban.
Sabía que estaba siendo irracional y que actuaba como un
crio, pero no podía soportarlo. Mi mente estaba en un caos total y no
encontraba formula de solucionar las cosas con simplicidad. La desesperación y
pena le estaban ganando a mi razón y el único confort que encontraba era
abrigarme en el cuerpo y calor de mi macho.
Escuchaba como Qhuinn intentaba calmarme, diciendo que todo
estaría bien, que lo solucionaríamos.
Acariciaba mi cabello y su otro
brazo me retenía firmemente contra él.
Permití que me consolara y apaciguara el
huracán que tenia dentro. Dejándome cuidar, por
primera vez, por el macho que
amaba.
No supe exactamente en qué momento me quede dormido, pero
desperté al sentir una mano caliente recorriendo mi estomago, subiendo todo el
camino hasta mi garganta, delinear mi mandíbula, trazar mis labios, perfil,
ojos, mejillas y finalmente obligarme, con un leve tirón a girar el rostro para
ser tomado por un beso lleno de deseo y decisión.
-Despierta Blay – dijo Qhuinn entre mis labios, dejando que
nuestras respiraciones se conectaran y que su pecho se apoyara parcialmente
sobre el mío – has dormido mucho, ya casi anochece y aun debemos hablar y solucionar lo del….
“eso”
-Preferiría ocupar mi tiempo en otra cosa – no quería hablar
de nada relacionada con “eso” como dijo Q. por lo cual tome su rostro y le
devolví el beso, pero esta vez me encargue de seducirlo y excitarlo para ocupar
su mente con otras ideas – tu cuerpo quiere lo mismo que yo Q – digo tomando su
erección entre mis manos y masajeándola por sobre el pantalón.
Lo escuche gemir en mi boca y sentía como sus caderas se
mecían contra mi mano, sonreí por el poder que tenia sobre su cuerpo, pero más
por el amor que creí jamás podría compartir con él.
Nunca pensé que lo tendría así, entre mis brazos, gimiendo y
meciéndose sin ningún pudor contra mi mano. Contestando a mis caricias y besos
como si fuera el llamado más básico y antiguo en su naturaleza. Lo tenía entre
mis brazos, al macho que me había hecho sufrir, reír y llorar por partes iguales,
al macho al que renuncie mil veces y por el cual volví a caer al igual que un
infante que aun no aprende a caminar.
Yo Blaylock, hijo de Rocke. Un macho de la Glymera, que
debería cuidar su estatus e imagen y regirse por las normas de la cuna en la cual
nació, un macho de valía que debía cumplir con el antiguo deber de mantener el
linaje de sangre de su familia. El hijo único y sobre el cual caían todas las
responsabilidades de su titulo. Ese Blaylock… era el que desaparecía cuando
veía la mirada de unos ojos dispares que lo traspasaban hasta transformarlo en
lo más básico de un macho. Hasta convertirme en un ser que solo pensaba en
deseo, pasión, necesidad, pero sobre todo, en amor. Un amor tan antiguo y
duradero que yo no sabía donde comenzaba o donde terminaría.
Ese era yo en estos momentos, un Blaylock que no podía y no
quería dejar a su Macho. Porque después de tantas batallas, y tantas negaciones
no se creía capaz de resistir un día más sin disfrutar del sabor de Qhuinn, de
sus gemidos, sus caricias, su mirada y sobre todo, la rendición que mostraba su
cuerpo en mis brazos, dejando que lo recorriera y explorara como yo deseaba.
Siempre soportando mí tiempo y gruñendo cuando estaba a punto de perder la
calma, ese era el Qhuinn que tenia ahora entre mis brazos y perderlo, sería
igual de cruel que mostrarme el paraíso y luego enviarme al infierno.
En esto y mucho más nos habíamos transformado en poco más de
una semana, y tanto Qhuinn como yo sabíamos que si nos perdíamos ya nada sería
igual, porque una cosa era sentirte desolado por no tener algo que deseas, pero
¿tenerlo y luego perderlo? Eso… era mucho más cruel y doloroso.
-Blay… -el llamado de Qhuinn me saca de mis pensamientos, lo
mire directamente a los ojos, los cuales estaban inundados de deseo, pero sus
labios cerrados en una fuerte línea decían todo lo contrario – no lo hagas – el
tono que le dio a sus palabras me sorprendió y logro detener el movimiento de
mi mano sobre su polla.
-A… ¿a qué te refieres?
-No nos rebajes a
esto – ahora sus ojos también estaban inundados por una seriedad que jamás
había visto y que logro que mi corazón se oprimiera.
-No… ¿no quieres estar conmigo?
-No - Su negativa quedo suspendida entre los dos como el
filo de una navaja – no – negó y juntó su frente con la mía – no pienses mal,
yo solo… JODER Blay tu deberías saberlo… - él suspiro y me miro directamente –
no quiero que lo nuestro sea así – hizo un gesto con la mano entre los dos –
quiero que cuando estemos juntos sea porque lo deseamos de verdad, no quiero que
una follada se transforme en una escapatoria para no pensar, yo… yo no quiero
rebajarte a ser uno más de los “sin nombres” en mi lista ¡TU ERES ESPECIAL
JODER!
-Yo… - niego y digo lo que realmente está pasando por mi
mente – te amo Qhuinn. Te amo desde tanto tiempo que no recuerdo cuando comencé
a sentirlo – tome su rostro entre mis manos y lo mire directamente a los ojos –
yo jamás estaría contigo solo por “follar”… por mas desesperado o hundido que
esté, cada vez que tú me tocas no es solo mi cuerpo el que reacciona. Mi
corazón siempre contesta… no, déjame terminar – lo corte al ver que quería
hablar – nunca creí que lo nuestro fuera a pasar, pero si tu estas dispuesto a
luchar no voy a ser yo el que se rinda, estamos juntos en esto.
Todo estaba decidido y dicho. Íbamos a luchar, fuera cual
fuera el resultado lo afrontaríamos juntos. La angustia que sentía hace menos
de unas horas fue deja atrás tan fácilmente que ahora pensaba en cómo pude ser
tan idiota. La respuesta estaba ante mis ojos pero yo me los había tapado y
comenzado a buscar en la oscuridad causada por mí mismo.
Estaba tan sumergido en mis pensamientos y en regañarme a mí
mismo que cuando escuche hablar a Qhuinn tuve que pedirle que me repitiera lo
que había dicho
-Te estaba preguntando, ¿conoces a la hembra? Eso nos podría
ayudar en caso de que ella no desee el emparejamiento al igual que tu.
-Si, la conozco – no puede evitar la sonrisa en mi rostro
cuando recordé a la pequeña Sophie
– y tú también – la sorpresa se reflejo en
el rostro de Qhuinn que estaba a centímetros del mío, recostado en la almohada.
-¿La conozco?
-Yep, pero no creo la recuerdes. La única vez que la viste
éramos pequeños y Sophie solo estuvo en casa por un día, en esa ocasión…
-¿Sophie?...
-Si Sophie, cuando la veas no la reconocerás, está
completamente diferente, yo me sorprendí mucho cuando la vi después de su
transición.
-¿La viste… esta noche? – el cuerpo de Qhuinn se puso tenso
de la nada.
-No… claro que no, solo hablaron conmigo hoy. Creo que ella
aun no lo sabe, Sophie es… única. Definitivamente hubiera estado presente y
dando su opinión si ella supiera lo que nuestros padres decidieron.
-Como… ¿cómo es ella? – la pregunta de Qhuinn salió en un
susurro y yo me daba cuenta que esto era un poco difícil para él, por lo cual
le contaba todo sin reservas. Esperando el notara que yo solo apreciaba a
Sophie como una hermana.
-Única, como te mencione antes -sonreí recordando nuestro
último encuentro- la última vez que la vi estábamos en un baile, todos los
machos jóvenes deseaban bailar con ella. Con ese cuerpo pequeño, las facciones
de duende, sumándole los ojos color esmeralda y su sedoso cabello color
chocolate que contrastaba perfectamente
con su piel nívea. Era como ver una pequeña hada y todos los machos creían que
ella era exactamente eso, un hada “pequeña e inocente” – deje escapar una risa
al recordar la escena- pero todos se llevaron una sorpresa cuando la pequeña
“hada” dejo a un macho, que bailaba con ella, noqueado en el piso. El resto del
baile lo paso conmigo y nos reímos de las miradas de miedo e incredulidad que
le daban todos los machos presentes
-Suena como una hembra muy diferente a las de la Glymera.
-Y lo es, Sophie fue criada solo por su padre. Su madre
murió en un ataque Lesser, cuando ella solo tenía cuatro años. Desde ese
momento su padre se encargo de enseñarle todas las artes en defensa personal y
cómo manejar un arma. Todos se confían de su cuerpo pequeño sus facciones angelicales, pero es una hembra
que sabe defenderse muy bien.
-Hablas… -lo oí aclararse la garganta y sentí como obligaba
su tono para que sonara despreocupado – hablas con cariño de ella, casi con
reverencia.
No lo podía creer, Qhuinn estaba celoso. Su tono lo delataba
por más que el intentara que no fuera así, su cuerpo rígido no lo ayudaba a
pasar desapercibido y el pequeño detalle de que mirara a otra dirección no fue
pasado por alto. Sonreí para mis adentros sin poder creer que él estuviera
celoso. Qhuinn el macho más seguro y el que conseguía un polvo de todo el mundo,
estaba celoso de una hembra que no conocía y todo porque yo hablaba con cariño
de ella.
-Qhuinn… de casualidad estas celo… -no logre terminar la
frase cuando se escucharon unos fuertes golpes en la puerta
-Críos Muevan sus culos de la maldita cama, el Rey nos llama
a reunión en su despacho – la voz de Tohr retumbo a través de la puerta
-Adiós a nuestra tarde de follar como conejos – dijo Q con
un suspiro dramático que causo que soltara una carcajada y me olvidara de lo
que estaba a punto de preguntar minutos antes.
-El deber llama…
Nos levantamos de la cama y Q se fue a su cuarto por sus
ropas de combate mientras yo me daba una ducha rápida y me alistaba en mi
dormitorio. Habían pasado aproximadamente 10 minutos cuando bajamos a las
puertas dobles de la mansión, en donde estaban Tohr, Z y John.
-Por ahora nosotros nos adelantaremos, mas tarde se nos
unirá Rhage, que está atendiendo unos asuntos. V con Butch se quedaran en la
mansión porque es su día libre – T hablaba con todo su poder y fuerza anterior,
esa que tiempo atrás había perdido y que ahora recuperaba a pasos agigantados
con la ayuda de su hembra – Wratth me encargo designar las patrullas. Z, JM y
Qhuinn serán una. Blaylock, Rhage y yo estaremos en la otra. Ustedes tomen la
zona sur, nosotros nos dirigiremos al norte. Eso es todos – los guerreros
comenzaron a despedirse de sus Shellan y afinar los últimos detalles en cuanto
a sus armas, todos estaban en sus respectivas parejas. Cuando mire a Qhuinn
desee acercarme y besarlo, decirle que se cuidara, pero cuando me había
decidido a dar un paso escucho como la voz retumbante de T dice “andando” y
todos comienzan a salir de la mansión. Le di una mirada a Q solo para
transmitirle con los ojos mi preocupación por el y pedirle que se cuidara y
luego seguí a T.
Ya habían pasado un par de horas desde que salimos y no
lográbamos encontrar nada malditamente interesante, no había rastros de Lesser
en las calles, solo humanos vagando por todos lados, unos rumbo a casa, otros
en esquinas estratégicas vendiendo sabe dios que, putas con sus faldas que
dejaban poco a la imaginación, desfilando por la acera en busca de un “pez
gordo”.
Solo humanos, uno tras otro, pero nada de lesser. Por una
parte estaba agradecido, porque no podía evitar preocuparme por Qhuinn cuando
nuestras patrullas eran separadas, pero por otro, la absoluta calma me hacía
pensar en el dicho “la tranquilidad antes de la tormenta” algo me hacía pensar
que tanta calma por parte de la sociedad restrictora por tanto tiempo no tenia
buena pinta…
Mis pensamientos fueron cortados por el sonido de un
teléfono, a mi espalda oí a T contestar y sentí como la tención llenaba su
cuerpo, gruño respuestas cortas y finalizo la llamada con un “vamos en camino”
-Hay un ataque simultaneo a das casas de la Glymera, debemos
dirigirnos hacia el sur, ahí se encuentra la primera vivienda. Los otros ya van
en camino a la siguiente que está más cerca de su posición – asentí con la
cabeza, íbamos a comenzar nuestro camino cuando nos llega un mensaje de V con
las coordenadas, lo que nos facilito mucho mas el trayecto. Nos introducimos en
un callejón y nos desmaterializamos para llegar más rápido a nuestro destino.
Cuando llegamos y vimos lo que nos encontramos, nos quedamos
de piedra. La gran mansión que debería estar en medio de un campo lleno de
arboles estaba parcialmente destruida, con la mitad de la construcción
esparcida en pequeños escombros por todos lados y la otra mitad estaba
sostenida en un Angulo extraño que denotaba debilidad e inestabilidad.
Nos apresuramos a introducirnos en el interior de lo que
quedaba de la casa, pero en nuestros interiores sabíamos con lo que nos
encontraríamos… muerte y desolación. Realmente no teníamos esperanzas de
encontrar algún macho o hembra de la raza vivo, pero que nos condenaran si no
iba a buscar hasta encontrar a los cabrones culpables de esto… todo estaba peor
de lo que esperábamos. La casa o lo que quedaba de ella estaba manchada de
sangre, la sangre de gente inocente. Mirar charco tras charco, cuerpo tras
cuerpo me daba repulsión. No podía creer que hubiera tanta maldad en el mundo,
pero así era la sociedad restrictora y por eso los hermanos y nosotros
estábamos intentando con todas nuestras fuerzas ganar esta batalla que había
comenzado desde el principio de nuestra raza.
Junto con Rhage y T hicimos lo único que podíamos por los
cadáveres de los machos y hembras. Los tomamos con cuidado y respeto.
Llevándolos a todos al exterior, fuera de las paredes que vieron su vida y su
último halito de la misma. Los dejamos a todos juntos, bajo un hermoso manzano,
apoyados en la base de este y en una pose de descanso, para que los rayos del
sol se encargaran de darles un funeral digno y purificador para sus almas, le
rece una plegaria a la VE pidiéndole por toda la familia y luego seguí a los
hermanos para terminar con la limpieza.
No nos habíamos demorado casi nada en el allanamiento a la
casa, como habíamos pensado ya que todos los Doggen y Vampiros que la habitaban
estaban muertos. Había robado una cantidad considerable de bienes y dinero en efectivo.
Todo era algo confuso, si lo mirabas a simple vista podría parecer un robo
normal, pero la magnitud destructora del ataque dictaba todo lo contrario.
Todo seguía dando vueltas en mi cabeza, cuando me duche y vestí
nuevamente, esperando la llegada de Qhuinn, que según tenía entendido. Venia en
camino con un sobreviviente al ataque.
Tome mi móvil y le envié un mensaje rápido, a los segundos
sonó la respuesta y sonreí por la rapidez. “vmos n camino va 1 herido, ns vmos
n nfermería” leí y me dirigí de inmediato a la enfermería, quería verlo y
asegurarme que no tenía un rasguño.
Cuando llegue a las puertas de la enfermería, inspire hondo
y pude captar el olor espeso de hollín, sangre y sudor. Un impulso de protección
me obligo a abrir la puerta de golpe y me quede perplejo con lo que encontré.
Qhuinn
Barriendo la zona norte de Caldwell inútilmente ya me estaba
aburriendo, el silencio se me hacia insoportable y no me podía sacar de la
cabeza la ultima mirada de preocupación de Blay antes de salir, ¡joder! Nunca
nadie se había preocupado por mi, nadie me esperaba en casa sano y salvo, y que
ahora él lo hiciera me hacia sonreír como un imbécil… de pronto el silencio fue interrumpido por el
móvil de Z sonando, con una maldición contesto y su cara adquirió una expresión
asesina y luego de unos momentos dijo un simple ok colgó la llamada.
-han atacado dos casas, nos dirigimos a la zona residencial
a unas calles de aquí- informo Z
Inmediatamente después de darnos la noticia, Z John y yo
compartimos una breve mirada y nos desmaterializamos en las cercanías del
barrio residencial de Caldwell, en el sector norte de uno de los barrios ricos
en donde predominaban las casas-mansiones de los civiles de la raza, al momento
de reaparecer en un callejón no muy lejos de donde nos encontrábamos notamos de
inmediato el leve olor a humo en el aire, joder, pudimos ver claramente como el
fuego consumía la casa a la cual debíamos ir, sin perder tiempo nos
desmaterializamos directamente frente a la casa notando que esta había
comenzado a arder no hace mucho, las llamas salían del ala derecha de la casa
dejando la otra algo despejada, John y yo miramos a Z por indicaciones y el
solo gruño en nuestra dirección “no hagan nada estúpido” y se lanzo hacia la
casa, típico de él.
Con un intercambio de miradas con John desenfundamos las
dagas y corrimos juntos a la parte trasera de la casa, ya que Z había entrado
por la principal, al abrir la puerta nos encontramos de cara con 3 Lesser que
salían a toda prisa cubiertos de hollín cargando un
saco con ellos.
-Creo que no irán a ningún lado con eso- gruñí al momento en
que nos lanzamos a la lucha simultáneamente, los Lesser se mostraron
sorprendidos, probablemente no creyeron que llegaríamos tan rápido, pero nos
encargaríamos de que los cabrones lo lamentaran.
Noqueando rápidamente a uno de un puñetazo, para así
encargarnos de uno cada uno sin riesgos, luchamos con los dos restantes, los
que presentaron una lucha desenfrenada defendiendo el jodido saco, despertando mi
curiosidad, un puñetazo conecto con mi ojo con poca fuerza ya que lo alcance a
detener y con un fuerte derechazo rompí
la mandíbula del Lesser, una vez tirado en el suelo le patee fuertemente el torso
sintiendo con satisfacción como se quebraban al menos tres de sus costillas,
eche una mirada a John que ya había acabado con el otro cabrón y lo estaba
apuñalando, hice lo mismo con los dos restantes, simplemente no podíamos darnos el lujo de
dejarlos vivos para interrogarlos, la casa ardía y podía venírsenos abajo, en
un impulso tome el saco que arrastraban quedando sorprendido cuando eche una
mirada al interior.
Habían muchas joyas, demasiadas de ellas, mucho oro y dinero
en efectivo, estos cabrones se quedaron sin recursos y por eso decidieron
atacar casas de civiles –gruñí reprimiendo mi rabia- malnacidos, ya sabia yo lo
que eran estas ratas, pero esto solo podía significar que los cabrones estaban
desesperados.
Saliendo de mi estupor rápidamente tome el saco y lo lance
hacia fuera cayendo entre unos arbustos, John me miro incrédulo ante esto
-Luego te explico bro, ahora debemos investigar.- dije
rápidamente adentrándome más en la casa con John a mis espaldas.
Ambos íbamos a la defensiva ya que no sabíamos cuantos
Lesser mas podía haber dentro de la casa, llegamos a lo que parecía ser la sala
de estar, las llamas crecían cada vez mas a nuestro alrededor y Z venia bajando
las escaleras rápidamente cubierto de hollín, con lo que parecía ser una
persona sobre su hombro.
-No queda nadie arriba, los Lesser que habían son historia y
el resto alcanzo a escapar antes de nuestra llegada, ahora salgan cagando
leches que esto en cualquier momento se derrumba.- antes de que terminara de
hablar ya estábamos en camino hacia la salida tosiendo por el aire cada vez mas
denso.
Al salir apenas estuvimos en la acera relativamente segura Z
dejo al tipo en el suelo, era una persona de edad mediana, pero no podía
identificar ningún rasgo de su rostro, tenia la mitad de su cabeza chamuscada,
si te fijabas podías ver parte de su cráneo e incluso un trozo de cerebro expuesto,
y todo su cuerpo estaba aplastado y
retorcido en ángulos extraños, probablemente el hombre había sido torturado y
no viviría mucho, un hermano en esas condiciones tendría pocas opciones de
sobrevivir, ¿pero un civil? Casi imposible.
-m… mi hi…ja
sa-salvenla- increíblemente a pesar de su estado el hombre logro
balbucear a duras penas antes de caer en la inconciencia, mire a Z y el
asintió, me puse de pie rápidamente para ir de vuelta a la casa en busca de la
hija del hombre que probablemente estaba en algún lugar de la primera planta
por que Z había barrido la segunda, John se puso de pie junto a mi pero negué
de inmediato.
-Ni de coña, tu te quedas con Z, deben llamar a Butch para
que traiga el escalade, si queda alguien vivo ahí dentro probablemente esta
herido y necesitaremos traslado- Zsadist ya tenía el móvil pegado en la oreja y
John comenzaba a protestar- John… -baje mi voz unos tonos- solo será mas
peligroso para mi que vallas conmigo, quédate aquí y reza por que quede alguien
con vida-
Sin esperar respuesta corrí rápidamente a la casa que ya
estaba casi en su totalidad envuelta en llamas, gracias a la virgen John no me
siguió, ya que no podía estar tranquilo si él estaba aquí en peligro conmigo, corrí
rápidamente por la primera planta, la sala de estar ya estaba consumida por las llamas, fui hacia
la parte trasera corriendo rápido para que las llamas no me envolvieran a mi
también y entre en la cocina, la barrí rápidamente, ahí no había nada.
Recorrí cada rincón de la primera planta sin encontrar
absolutamente nada, el humo entraba por mis pulmones haciéndome cada vez mas
difícil respirar, las llamas amenazaban a mi cuerpo cada vez que me quedaba
quieto y las vigas de la casa chirriaban dando a entender que en cualquier
momento esta se vendría abajo, corrí rápidamente para salir de la casa por la
puerta trasera dándome por vencido cuando al pasar por el ultimo corredor note
que el fuego había consumido el papel tapiz y había revelado lo que
probablemente era una puerta escondida, sin perder el tiempo patee fuertemente
haciendo volar la puerta por lo que parecían ser unas escaleras que conducían a
un sótano.
Rápidamente baje las escaleras, abajo todo estaba oscuro, no
habían ventanas ni fuego y el poco oxigeno que había era casi irrespirable,
trabajando contra el tiempo ya que en cualquier momento todo se venia abajo
dejándome atrapado aquí escanee el lugar, habían muchas cajas apiladas
limpiamente, revise todo el lugar que probablemente era de la mitad de la
superficie de la casa sin encontrar mas que cajas y viejos muebles, cuando me iba
a dar por vencido note un pequeño bulto en la esquina mas alejada a las
escaleras, estaba cubierto por una manta negra y temblaba, probablemente era la
hija del dueño de casa que había alcanzado a esconderse aquí abajo.
Rápidamente me dirigí hacia allá y quite la manta ver las
condiciones en que se encontraba, pero al quitarla rápidamente sentí un pequeño
puño impactar en mi barbilla.
-¿Pero que coño…?- salte hacia atrás sin entender, ¿era
acaso un Lesser el que estaba escondido aquí? ¿Con que fin?
-Déjame en paz monstruo,
¡¡luchare hasta que el último aliento abandone mi cuerpo!!- una voz de
mujer amenazo y sorprendido me acerque a ella, seguramente pensaba que era el
enemigo ya que aun no me había visto la cara.
-Tranquila, no te haré daño, vengo de parte de la Hermandad
de la Daga Negra, así que por favor ven conmigo, te mantendré a salvo- susurre
mientras ella seguía enviando golpes y con cuidado tome sus muñecas y la obligue a mirarme a los ojos- no tengas
miedo.
Ella no dejo de luchar hasta que me miro a los ojos, su cara
mostro asombro y un poco de alivio, pero su cuerpo no dejo de estar tenso, sus
grandes ojos verdes me miraban como pidiendo ayuda, ella era pequeña y lucia
indefensa, pero la decisión con la que me dio el puñetazo era digna de alabar,
al convencerse de que no le haría daño
aflojo su agarre, un breve suspiro abandono sus labios y susurrando un breve
“gracias a la virgen” y callo desmayada en mis brazos.
Un fuerte crujido me recordó que no tenia tiempo y con
cuidado envolví a la chica en la misma manta que le había quitado antes, note
que su vestido estropeado y manchado de hollín dejaba a la vista sus blancas
extremidades cubiertas de heridas recientes unas mas profundas que otras,
mierda, debía apresurarme. La envolví lo mejor que pude y acunando su cuerpo
con cuidado eche a correr rápidamente a la salida, las llamas ya habían
comenzado a bajar por las escaleras que
crujieron amenazando con ceder bajo mis pies, salte en el momento justo en que
estas caían estrepitosamente, y corrí como alma que lleva el diablo hacia
fuera.
Justo a tiempo, un minuto mas y hubiésemos tenido que dar
explicaciones innecesarias, y borrar mentes como condenados, momentos después
que nos subimos al escalade paso un gran camión de bomberos por nuestro lado, probablemente alguien vio el fuego de lejos y
los había llamado, pero nosotros alcanzamos a limpiar de Lesser y sacar a las
dos personas que al parecer habitaban la casa, la chica iba desmayada en mis
brazos, por algún motivo se aferro a mi camiseta tan fuerte que no pude abrir
sus puños para acomodarla en uno de los asientos, así que la acune e inconscientemente
acaricie sus cabellos intentando consolarla aunque fuese en el sueño, ella me
recordaba a las inocentes elegidas, con su cara angelical y su piel delicada,
joder, no quería estar cerca cuando le dijeran que su padre había muerto
momentos después de rogar por que la salvaran, y por la mirada que llevaba
John, tampoco era algo que le agradara, el cuerpo sin vida del macho iba en la
parte de atrás del jeep para darle una sepultura como era costumbre entre
miembros de la Glymera, ya que sin duda él era parte de ella, la casa aunque estaba
envuelta en llamas derrochaba lujos, era inmensa y todo carísimo, también lo pude deducir por
el contenido del saco que John llevaba en su regazo, alcance a recogerlo rápido
y lanzárselo antes de meternos al escalade, el solo miro en su interior y aparto
el saco mirando incrédulo.
El viaje se hizo eterno, y cuando ya estábamos fuera del
barrio mi mente comenzó a vagar pensando en Blay… con todo el ajetreo ni
siquiera tuve tiempo de llamarlo ni nada, y ahora comenzaba a preocuparme, él
iba solo con Tohr a la otra casa, quizás habían mas Lesser ahí, tal vez la verdadera trampa estaba ahí y la casa a la
que fuimos era un mero señuelo… comencé
a sudar frio y mi preocupación aumentó, saque con cuidado mi móvil dispuesto a
llamarlo para verificar si estaba bien y rogando por que pudiese contestarme,
cuando note que tenia un mensaje de hace menos de dos minutos, con el corazón
en la mano lo leí, era de Blay.
“Estamos bien, la casa estaba desocupada y ya estamos en la mansión, te veo en nuestra
cama”
Típico de Blay, sus mensajes jamás estaban abreviados,
siempre escritos a la perfección, perfectos
como lo era él, sonreí pensando en lo ultimo “nuestra cama” sentía que mi
corazón se hinchaba cada vez que él hablaba de nosotros como una unidad, como
la pareja que éramos.
Le respondí el mensaje diciéndole que me esperara en la
enfermería, yo quería asegurarme que la chica estuviera bien, y quedarme con
ella hasta que se despertara para poder decirle que estaba a salvo y no atacara
a nadie, y con ese pensamiento la acurruque mas cerca hasta que llegamos a la
mansión.
Una vez en la enfermería Doc Jane se apresuró a atender a su
única paciente curando sus heridas con agilidad mientras yo me quedaba a su
lado esperando, hasta que por fin sus ojos verdes se abrieron desconcertados.
-¿do… donde estoy?, ¡¡mi padre!! ¡¿Dónde esta mi padre?!- se
sentó exaltada y la Doc toco su brazo suavemente.
-Tranquila chica, estas en el complejo de la Hermandad,
primero necesitas alimentarte para curarte, luego responderemos todas tus
preguntas- me lanzo una mirada acusadora- y tu también Qhuinn, ya llame a Layla
para ti, estará aquí dentro de poco.- hice una mueca.
-¡No me alimentare ni hare nada hasta que me digan donde
esta mi padre!, yo… lo deje solo, el me empujo al sótano enfrentándose el solo
a esos… ¡¡esos monstruos!!!- se cruzo de brazos mirando de Doc Jane hacia mi
exigiendo su explicación, yo negué con la cabeza rogando por que la doctora se
hiciera cargo de la situación, seguramente ella había pasado por esto antes.
-ok, lo que pides es justo, lo lamento mucho, de veras, pero
tu padre no sobrevivió a sus heridas, fue muy valiente ya que el advirtió a los
hermanos de tu situación para que te rescataran- negó con la cabeza- realmente
lo siento.
La chica abrió los ojos como platos y se quedo quieta por
unos momentos interminables, yo no sabia como reaccionaria, si se echaría a
llorar, gritaría o destruiría todo.
-mi padre….- susurro la chica sin reaccionar aun cuando la
puerta de la habitación se abrió rápidamente y Blay entro con cara de
preocupación, el miro a la chica y luego a mi totalmente sorprendido.
Sin previo aviso la chica se puso de pie rápidamente y se
lanzo a los brazos de Blay aferrándose a él comenzando a sollozar, yo no
comprendí nada, hasta que el la abrazo y acaricio su cabello… “Sophie” susurró, y mi mundo se vino abajo.
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