jueves, 7 de febrero de 2013

Capitulo 7 Parte 1"¿Sueños o Pesadillas?"






BLAY

La escena que me encontré en la habitación me dejo perplejo. La sangre que corría por mis venas se heló de golpe.

Sophie… ella estaba en la camilla, llena de rasguños y sangre, sus ojos inundados en una pena que jamás había visto en ellos. A solo unos centímetros se encontraba Qhuinn, parado con una expresión de ira e incomodidad por el sufrimiento de la hembra.

Mi mente absorbió toda la escena en una fracción de segundos, que me pareció interminable, sin lograr interpretar nada, cuando siento la mirada de Qhuinn posarse en mi y al mismo tiempo Sophie suelta un grito ahogado y se lanza a mis brazos.


El cuarto fue sumergido en un espeso silencio y tanto Doc. Jane como Qhuinn se quedaron mirando a la pequeña e indefensa hembra que se aferraba a mí con sus pequeños brazos envueltos en mi cintura y su rostro anegado en lágrimas escondido en mi pecho. Sabía con certeza que Qhuinn me miraba con perplejidad, pero no podía prestarle atención, no con los temblores que recorrían el cuerpo de Sophie por el llanto que intentaba contener.

-        -Sophie – la llame con el tono más calmado y dulce que tenia, al mismo tiempo que mis brazos la rodeaban. Uno quedando enganchado en su cintura y el otro acariciando su pelo para transmitirle cariño – Ángel – intente llamándola por el nombre cariñoso que le tenía desde que era pequeña, pero ella no respondió, en vez de eso soltó un sollozo desgarrador y escondió mas su rostro en mi pecho - ¿qué paso? –  lance la pregunta al aire, esperando la respuesta de alguno de los dos.

-       -Su casa fue una de las atacadas, es la única sobreviviente. Su padre… murió – la noticia llego como un mazazo en el rostro, no era posible… Jahk no podía estar muerto. Sabía que Doc. Jane no mentía, pero aun así no era capaz de aceptarlo.

El impacto de las palabras fue tal que perdí el equilibrio por un momento y tuve que dar un paso atrás para poder sostenerme. Por acto reflejo  encerré mis brazos contra Sophie, protegiéndola con mi cuerpo de la desgarradora noticia, pero su llanto ahogado y los temblores de su cuerpo me confirmaban que ella ya lo sabía y yo había llegado solo segundos después de que le dieran la noticia.

Ella estaba conmocionada, se notaba claramente en su esencia. Sophie debía pensar que estaba sola en el mundo, sin su padre, el único que la cuido desde la muerte de su Mahmen y sin parientes consanguíneos. La pequeña debía estar hundida en un profundo dolor y saber que el último deseo de su padre fue que yo la protegiera me desgarraba por la mitad. Mi honor me obligaba a cumplir con la última petición que me izo el macho, pero si lo hacia Qhuinn… ¡JODER QHUINN! Por un momento había olvidado que él estaba presente viendo todo lo que pasaba. Levante la vista y los ojos dispares que encontré, confundidos e inundados en incredulidad, hacían que todo fuera mucho más difícil.

Qhuinn, mi Qhuinn, estaba en primera fila viendo como YO aferraba el pequeño cuerpo de Sophie contra mí y le daba toda la protección y calma que ella necesitara.

El estaba pasando por un mal momento, lo sabía. Todo en mi sentía su sufrimiento al verme proteger a Sophie, pero no podía hacer nada para evitarlo. No podía dejarla y simplemente quedarme con él, no de esta forma, no con ella sufriendo un dolor tan grande.

Lo mire fijamente, rogándole con los ojos que entendiera, que lo amaba, pero aun así no podía dejarla sola, sin nadie que la protegiera.

 Qhuinn debía saber que yo era ese tipo de macho y no otro, el me conocía y esperaba con todo mi ser que el entendiera que esto no significaba que lo dejaría  solo estaba cuidando de Sophie por ahora…  solo por este corto tiempo.

-         -Ella no está bien – las palabras de Doc. Jane me trajeron al presente nuevamente y me concentre en escuchar -  necesita sangre, sus heridas no son graves, pero la debilidad de su cuerpo da muestra que no se ha alimentado últimamente y sus heridas no sanaran hasta que tenga las fuerzas necesarias. Le podemos facilitar un donante en la clínica de Havers, pero ella se niega – Sophie negaba contra mi pecho al mismo tiempo que la Doc. hablaba.

-         - Ángel – la llame tomando su barbilla con una mano y logrando que me mirara – debes alimentarte, lo necesitas.

-         - No… no quiero… no sin… mi padre… - sus palabras eran hiposas, y mi corazón se desgarraba al verla sufrir de esta forma

-         - Debes alimentarte, tu padre hubiera querido que estuvieras bien – trate de convencerla, pero ella seguía negando – ¿lo harías por mi? ¿Para calmar mi preocupación?

-         - No… no puedo Blay… mi padre era quien siempre buscaba al macho de quien me alimentaba. Yo… no quiero alimentarme de alguien que él no apruebe – sus palabras eran mucho más claras ahora, ya que su llanto había disminuido.

-           -A Jahk no le importara, el sabe que es para mantenerte a salvo – ella seguía negando, yo sabía que debía ser difícil. Sophie y Jahk tenían una relación muy estrecha y el siempre fue estricto en cuanto a quien se acercara a su hija. Ella quería respetar su voluntad y memoria. Yo no era capaz de luchar contra su deseo – y… ¿de mi? ¿te alimentarias de mi?

La pregunta había abandonado mis labios y en ese mismo instante sentí la mirada fija de Qhuinn. No fui capaz de levantar la vista, no quería ver la expresión herida en sus ojos, porque sabía que me retractaría y yo no podía. No dejaría a Sophie morir de Sed y si yo tenía que darle mi sangre para que ella se recuperara se la daría, aun cuando no le había permitido a nadie perforar mi piel con sus colmillos.

Me concentre en la mirada de Sophie, esperando su respuesta y evitando la mirada del macho que estaba a pocos metros de mí… en mi interior, una parte de mí. Esperaba con ahínco que ella se negara, que dijera que no y me liberara de la carga, pero ese no fue el caso. Sophie dio un pequeño asentimiento con su cabeza y la veracidad de lo que había propuesto cayó sobre mis hombros.

Estaba a segundos de darle de mi vena a una hembra, frente a Qhuinn, un Qhuinn que me miraba en estado de shock. Trague el nudo que se había formado en la garganta y le hable directamente a Doc. Jane.

-          -¿Puedo llevarla a otro lugar?

-          -No puede salir del área, sabes que Wrath no permite que nadie externo recorra la mansión

-          -No se preocupe, solo necesito otra habitación, algo mas... privado

-          -En ese caso, adelante. Solo ten cuidado con sus heridas y cuando termines vuelve para poder ver como sigue.

-          -Ok – me giro en dirección a la puerta, sosteniendo a Sophie firmemente contra mí y sin mirar atrás… o eso intente hasta que su voz me detuvo

-           -Puedes llevarla con tus padres Blay, no tienes que cargar con una responsabilidad que no es tuya. Puedes llevarla a casa y ellos la cuidaran. Lo sabes – el tono de Qhuinn era casi suplicante y todo mi ser se rebeló respondiendo a su llamado, mis brazos picaron por rodearlo y decirle que lo sentía  que todo estaba bien, que solo era por esta vez y luego la dejaría a cargo de mis padre, pero no podía, no ahora, con mi cabeza llena de pensamientos y mi corazón dividido entre lo que quería y lo que debía hacer.

-          -No puedo – fue mi única respuesta y le rezaba a la VE porque el comprendiera

-          -Si, si puedes. ¡JODER! Blay. Si puedes y tu tanto como yo sabemos que sería lo mejor…

-          -¿Lo mejor para quién?

-          -Para ti, para ella... y para mí –apreté mi agarre en Sophie, negándome a soltarla porque si lo hacía me rendiría, me rendiría a la suplica silenciosa que mi macho me hacía y junto con eso perdería mi honor como macho, al deshonrar la última petición de Jahk.

-          -No puedo Qhuinn, y ni tu ni nadie me puede hacer cambiar de opinión – me voltee para mirarlo  directamente a los ojos, transmitiéndole todo el sufrimiento que estaba sintiendo por nosotros – lo siento, pero es lo correcto.

No espere una replica o algo parecido, simplemente me fui. Dejándolo en ese cuarto y rogando que él lo comprendiera, el debía comprender. Qhuinn me conocía, sabia como yo actuaba.

 Él… el me comprendería ¿cierto?

Camine con Sophie unos pocos metros introduciéndonos en un cuarto con solo una camilla, la deposite con gentileza en la orilla de la cama. Busque en los cajones hasta encontrar un pequeño paño, lo humedecí en el baño y volví donde ella. Con sumo cuidado comencé a limpiar su rostro de los rastros de sangre y lágrimas, ella solo permanecía ahí, sentada, mirando a la nada y con la respiración desigual a causa del bajo llanto.

Era completamente desgarrador verla así, ella jamás mostraba debilidad, era una guerrera.

-         - Todo estará bien  Ángel, te lo prometo – dije en un intento desesperado por calmarla – estoy aquí, contigo. No te dejare sola – seguí limpiándola y susurrándole palabras de consuelo, intentando por todos los medios posibles reconfortarla un poco.

Sophie no reaccionaba, solo su cuerpo estaba frente a mí, su mente estaba en otro lugar, lo podía notar claramente en el reflejo sin vida de sus ojos. El llanto ya había cesado completamente y por extraño que pareciera eso me dejo mucho más inquieto. Algo no está bien, ella no era así, jamás se retraía, no guardaba las cosas, Sophie se caracterizaba por ser alguien directo y expresar todas sus emociones, desde disgusto, pena, alegría, dolor… todo, pero ahora no lo hacia y me era imposible no pensar que estaba fallando miserablemente en tratar de consolarla.

Con el mismo cuidado que la había tratado desde el momento en que la vi, acerque mi muñeca a sus labios lentamente, permitiéndole retirarse en caso de que no deseara beber de mí, pero Sophie no se movió ni un centímetro. Una inquietud ya palpable se estaba instalando en todo la habitación. Esto definitivamente no era normal y cada segundo que pasaba lograba que me sintiera más y más preocupado.

En un intento desesperado por llamar su atención acerque mi muñeca a mis propios labios  y rasgue mi carne dejando que la sangre se deslizara por ella  y cayera al suelo. Acerque nuevamente mi muñeca a sus labios, esperando que el reciente corte despertara sus instintos y su cuerpo actuara sobre su mente.

Un segundo sus ojos estaban perdidos y al siguiente estaban fijos sobre el constante gotear de la sangre. Sus pequeños colmillos crecieron y su delicada lengua salió fuera de su boca dando un ligero lametón a la herida. Sus ojos se posaron en los míos  con una pregunta clara.
Con un leve asentimiento de cabeza le di el permiso que ella necesitaba y Sophie comenzó a beber.

Mi cuerpo estaba preparado, mi mente estaba preparada y pensé que yo también estaba preparado, pero nada, absolutamente nada me había preparado para el alivio que recorrió mi cuerpo cuando me di cuenta de que Sophie no me mordía, ella no había clavado sus colmillos en mi carne, exigiendo que el flujo de sangre fuera más rápido, al contrario, solo lamia como un pequeño gatito de la herida que yo mismo me había provocado.

Me sentía como un maldito cabrón, por estar tan feliz. Yo estaba aquí para cuidarla a ella, no a mí y aun así mi corazón no dejaba de bombear esa felicidad al saber que aun… de alguna forma, podía entregarle mi vena por primera vez a Qhuinn y no a otra persona.

Quizás no lo lograría como era debido, quizás alguien más tenía mi sangre en su cuerpo, pero quería que solo él la tomara, que solo el perforara mi piel, exigiendo derecho sobre mi sangre…

Una imagen de Qhuinn en la cama, profundamente enterrado en mi y su aliento rozando mi nuca segundos antes de sentir sus colmillos perforando mi piel. Se apodero de mi mente y una ola de lujuria recorrió todo mi cuerpo, provocándome una erección en cosa de segundos. Un leve gemido escapo de mis labios y una de mis manos se movió cerca de mi entrepierna para intentar acomodar mi erección…

-          -¿Blay? – la suave y melodiosa voz que llego a mis oídos me saco del trance sexual.

-          -Tu... – trague para esconder la ronquera de mi voz y maldije mentalmente por el sonrojo que llenaba mi rostro – tu color ha vuelto.

-          -Si, yo... gracias.

-          -No debes agradecerme Sophie ¿Cómo te sientes?

-          -Mejor, eso creo… yo aun no puedo… no puedo… - percibí como sus ojos se cristalizaban por culpa de las lágrimas retenidas.

-          -Shhhh estoy aquí, todo está bien ahora –la abrace cubriéndola completamente con mi cuerpo.

-          -El se fue Blay… ya no está – sus pequeñas manos se aferraron a mi pecho – murió al tratar de protegerme. Es mi culpa.

-          -No, no digas eso Sophie – tome su rostro entre mis manos y la obligue a que me mirara – Jahk no desearía que pensaras eso. El hizo hasta lo imposible por mantenerte viva y tu y yo sabemos que no hubiera sido de otra forma…  me hubiera encantado estar en la lucha, poder ayudarlo. Pero no estaba y odio no haber podido ayudarle…

-          -No fue tu culpa.

-          -Y tuya tampoco.

-          -Quizás si no hubiera estado en casa…

-          -El podría haber muerto de todas maneras Ángel. Solo que su muerte hubiera sido en vano.

-          -Yo… yo no sé qué hacer Blay – sus palabras sonaban estranguladas – ya no tengo mi casa, mi padre no está y Mahmen murió hace mucho, estoy… estoy…

-          -NO, no estás sola – las palabras salieron como ácido fundido de mi boca, pero aun así me obligue a decir –Jahk… él quería que nosotros… que nos emparejáramos.

-          -¿¡Que!? – Sophie me miro, sus facciones llena de sorpresa.

-          -Jahk y mi padre me llamaron unos días atrás. Ellos… ellos querían que nos emparejáramos – la sorpresa y confusión reflejada en el rostro de Sophie no desaparecía. Como había pensado, ella no sabía nada de esto y muy probablemente estaba tan  confundida como yo.

-          -Mi Padre… él quería hablar conmigo, dijo que tenía una buena noticia… era… ¿era sobre esto?

-          -Probablemente. Yo, bueno. No les respondí, fue una sorpresa y no me lo esperaba…  -pase una malo por mi cabello, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarle – Sophie, yo no sé si es lo correcto.

-          -No, lo entiendo. También estoy sorprendida. Siempre le decía a padre que el único macho de valía que conocía eras tú… pero jamás pensé que el, que ellos decidieran esto.

-          -No estoy seguro sobre emparejarnos. Sophie, yo tengo a alguien importante… pero quiero cuidarte, tu eres mi familia – Ella estaba negando antes de que yo terminara de hablar.

-         -No. No quiero ser una carga y mucho menos un obstáculo.  Tú tienes tu vida y yo no tengo derecho a cambiarla – intentó sonreír para convencerme pero la alegría jamás llego a sus ojos.

-          -No eres una carga Ángel. Tu eres mi familia y no te voy a dejar… - ella me corto antes de seguir.

-          -A esto me refería. Tu siempre eres igual – una pequeña sonrisa suavizo su rostro, una de verdad – poniendo a los demás antes de ti, dejando que tu corazón y tus anhelos queden al final ¿Qué hembra no estaría encantada de tenerte?

-          -<yo no quiero a una hembra> Solo déjame cuidarte Sophie. Luego podemos discutir lo del emparejamiento.

-          -Está bien. Yo en realidad no quiero estar sola…  - las lágrimas volvieron a sus ojos, pero su fuerza estaba volviendo y ella no permitió derramar lágrima alguna – me gustaría… me gustaría celebrar un digno funeral para mi padre…

-          -Voy a arreglarlo. No te preocupes – le di un ligero beso en la frente y la abrace por última vez antes de separarme – ¿me esperas? Necesito hablar con el rey.

-          -¿De verdad estamos con la hermandad? ¿esta es la casa del rey?

-          -Si, y necesito su autorización antes de sacarte. Vuelvo en cuanto pueda, Doc. Jane está en la siguiente puerta  y vendrá a ver como sigues. Si necesitas algo solo díselo ¿está bien? – Sophie asintió con la cabeza y luego me dio un abrazo al mismo tiempo que susurraba con palabras estranguladas

-          -Gracias… no se qué haría sin ti. Yo me siento tan sola…

-          -Vuelvo enseguida – me separe de su agarre con un nudo en la garganta y con una aprensión en el pecho.

Salí de la sala de emergencias inundado por un mar de sentimientos. La culpa, pena, dolor, angustia y otros más que no sabía cómo nombrar estaban arraigados en mi cuerpo haciéndome difícil respirara.

No comprendía como de un segundo a otro pasaba de estar malditamente feliz a esto. Mi corazón me decía que dejara todo y reclamara lo que es mío, sin importarme los demás pero mi mente sabía que no podía, que tenía un deber y muy en el fondo en una pequeña parte de mi corazón sabía que no sería capaz de dejar a Sophie sola en este estado. Ella es más que una simple hembra para mí, es una hermana. Y dejarla sola en un momento así no me dejaría vivir.

Un millón de pensamientos llenaban mi mente cuando llegue al despacho del rey. Me detuve por un segundo, tome una gran inhalación de aire y entre. Mi petición no sería fácil. Solo esperaba que todo saliera mucho mejor de lo que temía.

-          -Las puertas se hicieron para tocar crío – fueron las primeras palabras que recibí al entrar.

-          -<esto no será fácil> lo siento, estoy algo distraído – trate de disculparme y arreglar un poco mi error, no era el mejor momento para tener cabreado al rey.

-          -Lo he notado Blay. Últimamente tu y Qhuinn están muy “distraídos” – la última palabra la dijo dando un énfasis especial y con algo de jocosidad lo que logro que un sonrojo subiera a mi rostro y agradecí que él no fuera capaz de verlo.

-          -Mi rey necesito pedirle un favor.

-          -Todos quieren algo cuando me buscan, es una de esas cosas de ser rey ¿Qué necesitas hijo? – Wrath coloco sus codos sobre el gran escritorio y junto sus manos apoyando su mentón en ellas y mirando a través de sus espesas gafas o por lo menos así lo sentía.

-          -Me gustaría poder cuidar de Sophie, aquí…. En la mansión.

-          -No – ¡mierda! Eso fue mucho más rápido de lo que pensé.

-          -Ella es la única sobreviviente del ataque a las dos casas, y es alguien que yo conozco. No puedo dejarla sola.

-          -La enviaremos a lugar seguro. No estará sola, Marissa se encargara de ella, pero no se quedara – su decisión era definitiva. Lo podía notar.

-          -Ella es muy importante para mí, mi rey. Es…

-          -Puede ser la misma hermana Teresa, pero no se queda. Todos en esta mansión saben las reglas, los civiles no deben estar en la mansión.  Es peligroso que alguien más sepa de nuestra localización, en estas paredes viven las Shellan de los guerreros, sus hijos y MI Shellan vive aquí. No estoy dispuesto a correr ningún riesgo – el tono era severo. Me estaba quedando sin salidas y lo que más temía se estaba acercando.

-          -Por favor, yo realmente no puedo dejarla – mi tono era casi suplicante, pero no me importaba.

-          -No, es mi última palabra. Ahora si no tienes nada más que decir puedes retirarte – apreté los puños y me mordí la lengua para no decir algo que no debía <piensa Blay, joder debe haber alguna manera… que no sea decir eso>

¿Qué opciones tenia? Aceptar lo que decía Wrath y simplemente marcharme y dejar a Sophie sola en lugar seguro. Ella estaría bien protegida y no sufriría ninguna falta, pero no era lo correcto. Yo no podía dejarla, no podía marcharme y hacer que no había pasado nada.
Podía dejarla en casa de mis padres, pero eso me llevaría al mismo lugar que estoy intentando evitar ahora. No había solución, debía elegir entre lo que debía hacer y lo que quería hacer.

¿Estaba dispuesto a abandonar todo por Qhuinn? ¡Joder si! Le daría mi vida si fuera necesario ¿estaba dispuesto a dejar a Sophie sola? No, no podía. No era capaz, ella me necesitaba y yo lo sabía, lo podía ver claramente en sus ojos, en la forma que se aferraba a mí para llorar…

Todo se reducía a una pregunta ¿mi felicidad o la de Sophie?

¡Sagrada Virgen en el Fade! Quería ser egoísta, quería desesperadamente ser un maldito bastardo egoísta. Olvidar todo, dar media vuelta y refugiarme en los brazos de mi macho sin mirar atrás. No quería cuidar de nadie. No, yo solo quería que él me cuidara a mí. Tenerlo cerca, sentir sus labios sobre mi cuerpo. Yo… yo… lo iba a perder… <lo siento Qhuinn>

-          -Estamos emparejados, es mí… Shellan – las palabras se sintieron como hierro fundido en mi lengua.

-          -¿Qué? – la sorpresa de Wrath no fue escondida en su tono. Sabía que todos en la mansión sospechaban de mi relación con Qhuinn y si no hubiera estado seguro,  esto me lo confirmaría.

-          -Estamos emparejados, no es oficial pero nuestras familias lo saben o lo sabían en el caso de Sophie… - no había tartamudeo, ni cambio de tono. Nada se reflejaba en mi voz, porque así es como me sentía, en la nada.

-          -¿Estás seguro de lo que estás diciendo hijo? – Wrath se había recuperado del asombro, ahora parecía dudoso.

-          -Si, como mencione antes aun nada es oficial, pero está decidido.

-          -Espero que no me estés mintiendo hijo , solo para dejar que la hembra se quede.

-          -No mi señor, si ella aun no puede quedarse yo me retirare de la mansión y me iré con ella, debo cuidarla y no quiero dejarla sola – cada palabra que salía hacia que un río helado se adentrara en mi cuerpo.

-          -Bien, si es lo que deseas. Puede quedarse y tienes esta semana sin patrullas para que cuides de tu hembra y para los preparativos. Celebraremos la ceremonia en la mansión y espero que sea dentro de una semana – hielo… eso corría por mis venas, no sangre.

Esto era una prueba y mi mente lo entendía o por lo menos la parte de ella que no estaba entumecida. Wrath no creía que me emparejara con una hembra y yo no lo culpaba, ni yo mismo era capaz de creerlo

-          -Todo estará listo dentro de una semana – con esas últimas palabras me dispuse a abandonar el despacho del rey sintiéndome como… ¿Cómo me sentía? No sabía, no habían malditas palabras para describir lo que estaba en mi interior.

-        -Esta semana también es para que lo pienses hijo. Esta decisión es permanente - <lo sé> 

Camine por los pasillos de la mansión, obligando a mis piernas a moverse en dirección a Sophie al mismo tiempo que mi sangre era cambiada totalmente por un río de hielo y soledad.

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