miércoles, 8 de mayo de 2013

Capitulo 9 "Sueños Ambiguos"






Qhuinn:
 
En el piso de mi habitación experimentaba la sensación más exquisita, el cuerpo de Blay se fundía con el mío en lentas y mortales caricias haciéndome delirar, no supe en qué momento sucedió pero ambos estábamos desnudos y a pesar de las primeras protestas de Blay, este ya se había rendido completamente al igual que yo, abandonándonos a nuestros más bajos deseos.
 
Mientras nos besábamos como si nuestra vida dependiera de ello, pase mis manos por la  esculpida espalda de Blay, sintiendo la lisa piel que había allí deleitándome con la suavidad y firmeza que exploraban mis manos, no pude evitar transportarme a mi sueño en donde mi nombre estaba grabado en ella en la antigua lengua, y gemí ante el recuerdo... 
 
De pronto llevado por una repentina necesidad separé mis labios de los de Blay con la intención de besar su espalda, él se quejó pero su gruñido se transformó en gemido cuando lleve mis labios a su hombro besando y mordisqueando el camino hacia su espalda, el automáticamente se dio la vuelta dejando a mi disposición toda la parte trasera de su cuerpo.
 
Descanse el peso de mi cuerpo en el de Blay mientras mis labios mordían el camino desde su oreja a sus omoplatos y mi erección descansaba en su trasero, él se removía haciendo la fricción endemoniadamente excitante poniendo a toda prueba mi autocontrol, ya que todo mi cuerpo me gritaba que entrara en él pero yo quería esperar, esto era importante para ambos, era el inicio de algo nuevo, la primera de muchas veces que estaríamos juntos sin nada más que nosotros dos, sin remordimientos, sin barreras, sin contenciones, solo dos personas amándose.
 
Mordiéndome el labio por la peligrosa tentación que se presionaba contra mi entrepierna inste a Blay para que se diera la vuelta y quedamos frente a frente, él recostado en el suelo y yo encima de él apoyando mis manos a los costados de su cabeza, antes de hacer nada me detuve a mirarlo por unos momentos… ¡santa virgen!, lo tenía justo como siempre secretamente quise, desnudo, bajo mi cuerpo, y a mi merced.
 
 El me miro con los ojos cargados de pasión y en ese momento lo supe... nunca lo dejaría ir, él era mío... MÍO.
Sentí cómo de pronto la esencia vinculante comenzaba a brotar de mi cuerpo envolviéndonos a ambos en el momento que estábamos compartiendo, en un momento Blay me miraba con ojos cargados de pasión y en el siguiente su cara se transformó, sus ojos se oscurecieron y me miró con completa sorpresa, yo sabía que él nunca terminaría de creerse esto al igual que yo, todo había sido demasiado rápido y demasiado intenso, pero para eso estamos aquí ahora, para confirmar lo que nuestros cuerpos expresan y nuestras mentes se niegan a comprender.
 
Sin pensarlo doble mis codos y acorte la distancia que había entre mis labios y los de Blay atrayéndolo en un demoledor beso, subí una mano hasta enterrarla en sus suaves cabellos y rodé con él hasta quedar de lado para con mi otra mano presionar su trasero y atraerlo más cerca, no me di cuenta como pero rodamos por el suelo chocando con la mesita de noche tirándola al suelo, el vaivén de nuestras caderas comenzaba a tomar un ritmo desquiciante, nuestras erecciones se rozaban y el aire se cargaba de deseo a nuestro alrededor cada vez más haciendo que me fuera casi imposible respirar, o pensar en cualquier cosa que no fuera poseer de cualquier forma posible al macho que amo.
 
 
 
Blay
 
¿Lujuria? ¿Deseo? ¿Necesidad? Podría llamarlo de cualquier forma y aun después pensaría que no era suficiente para describirlo. Lo que sentía era completamente diferente.
 
Hambre en carne viva, sed de su cuerpo, su sangre, necesidad en el más primitivo sentido de la palabra… las emociones me estaban consumiendo y podía notar claramente como poco a poco iba perdiendo la fuerza para razonar y me dejaba llevar simplemente por el instinto.
 
“MIO, MIO, MIO” se repetía una y otra y otra vez en mi mente como un canto o un himno de guerra, pero no cualquier guerra. Nooo... esta sería una de pasión, instinto y hambre, un hambre que me había estado consumiendo desde hace años, un hambre que no fui capaz de saciar y que ahora en este tiempo y en estas circunstancias sabía que no podría controlar ni un segundo más... en mi interior, la pequeña voz noble que aún permanecía en pie me recordó que esto era el final, que todo terminaba en esta cama, este cuarto y en este momento, pero mi instinto rugió y me di cuenta que bien podría ser la última vez, pero el recuerdo siempre viviría en mi...
 
Esos fueron mis últimos pensamientos racionales ¿todo lo que vino después? fue solo instinto.
 
El movimientos de nuestras caderas se volvió incontrolable, la fricción de nuestras pollas era casi insuficiente para poder saciar la necesidad que sentíamos “más, necesito más”
Recorrí el torso de Qhuinn desde los abdominales marcados, hasta el pecho siguiendo por su cuello llegando a la base de la nuca donde tome su pelo en un fuerte tirón obligándolo a arquearse y ofrecerme su vena.
 
Fije la mirada en el acelerado latido, hipnotizado por el constante golpeteo. Sentí como mis colmillos se hicieron más grandes y mis glándulas salivales segregaban.
Con un rugido que rebotó en todas las paredes del cuarto perfore la fina piel de la garganta de Qhuinn hasta apoderarme de su vena y sentir ese único sabor en mi lengua... MIO, MIO, ¡MIO!
 
Mis movimientos eran incontrolables, mi cuerpo decidía y tomaba todo lo que quería. Aumente la velocidad de nuestras caderas aún más en movimientos frenéticos e incontrolables. Su sangre me llenaba la boca y sentir el sabor característico de Qhuinn me estaba volviendo loco.
 
Quería rugir y proclamar que este macho era Mío y que nadie, ¡absolutamente nadie! tenía derecho a tocarlo más que yo. Con la otra mano, baje entre nuestros cuerpos y en un solo movimiento tome nuestras pollas juntas en mi puño y comencé a masturbarnos juntos, disfrutando de la fricción de nuestras erecciones y mi mano. Qhuinn gemía y se removía buscando la liberación al igual que yo.
Pero no llegó, o cuando menos no hasta que sentí como sus manos se cerraba sobre mi pelo obligándome a soltar el flujo constante de su vena y logrando que lo mirara.
 
- Ahora es mi turno - fue todo lo que necesite. Esas simples palabras, sus colmillos extendidos y sus ojos fijos en mi vena.
 
Una corriente imparable bajó por toda mi espina dorsal, mis bolas se contrajeron y mi polla soltó chorro tras chorro de fluidos en un orgasmo demoledor y alucinante.
 
Vagamente fui consciente de Qhuinn gruñendo y corriéndose solo segundos después de mí, de sus movimientos para levantarnos como puedo a los dos y guiarnos a la cama para finalmente terminar jadeando junto a mí y mirándome con unos ojos... ¡querida virgen en el fade! esos ojos que transmitían todo lo que siempre desee ver en ellos...
 
El pánico me lleno, la bruma había pasado y la razón volvió. Recordándome que aún no era tarde, que todavía podía marcharme y no dejar las cosas peor de lo que ya estaban. Y eso haría, me incorporaría, tomaría mis ropas y me marcharía, evitándole el mayor dolor posible al macho que en estos momentos estaba acariciando mi cuello con sus labios y rozando sus colmillos por mi vena.
 
“Sí, claro cabron. Serás un macho de valía y te iras” ¡mierda! maldita voz en mi maldita mente que sabía mucho más que yo.
 
¿Irme? ¿Tomar mis cosas? ¿Evitarle este dolor a Qhuinn? no, no lo hice. Fui un maldito cabrón egoísta y lo tome todo antes de marcharme. Grave cada caricia, beso, susurro, para los días, años o siglos que viviría sin ellos. Y aun cuando mi parte más noble sabía que todo esto estaba mal. No lo evite.
 
Mis cavilaciones se perdieron en el justo momento en que sentí los colmillos de Qhuinn perforar mi piel. La primera vez que alguien perforaba mi vena y era la persona a la cual amaba... todo lo que sucedido me arrastró nuevamente a ese frenesí insaciable y la necesidad renació nuevamente, con más fuerza que antes.
 
- ¡Jooooder! - el primer tirón de los labios de Qhuinn fue como una descarga eléctrica directo a mi polla, dejándola erecta nuevamente.
 
El segundo, más profundo y acompañado de un lametazo, viajó directamente a mi pecho, haciendo explotar una sensación de calor y bienestar.
El tercero, uno lento y pausado que acompañado de un cálido beso logró que todas las pocas barreras que siempre me había autoimpuesto para defender mi corazón se derrumbaran como una torre de naipes atacada por un soplo de viento.
 
En este momento me sentía como una represa que se estaba desbordando y no había salida ni escapatoria para el caudal de sentimientos que todo esto conllevaría.
 Deje una de mis manos en la cadera de Qhuinn y la otra la lleva a mi vientre, buscando los fluidos de nuestra liberación, empapando mi mano con la mescla de nuestra semilla recorrí en camino hacia el sur hasta encontrar con nuestras pollas que descansaban juntas y al rítmico vaivén de nuestras caderas.
 
Me removí un poco dándole más espacio a mi mano y teniendo cuidado de no mover el cuello. Logre tomar en mi puño la erección de Qhuinn y comencé a lubricarla, acariciándolo lentamente desde la base hasta la punta. Tomando el líquido pre seminal que él liberaba y la mescla de nuestros fluidos para lograr lubricarlo completamente.
 
- Te quiero dentro de mí, ahora - mi voz salió como un gruñido. Era una demanda, pero no me importaba.
 
- Tenemos todo el tiempo Blay, no hay necesidad de apresurarnos. Yo...
 
- ¡Ahora joder! - Qhuinn cerró la perforación que habían hecho sus colmillos y me miro directamente a los ojos.
 
Se podía ver claramente la confusión en ellos pero también era notorio el deseo, pelando a esa última parte, acaricie con más fuerza su polla y lo jale por la nuca hasta juntar nuestros labios en un beso hambriento y demoledor.
 
- A.H.O.R.A - cuando volví a hablar cada palabra fue acentuada con una fuerte caricia en su erección.
 
El deseo le nublo los ojos y supe que había ganado la batalla.
 
No quise cambiar de posición, me quede así, frente a Qhuinn con mis muslos abiertos. La pose era incomoda y me hacía sentir como una hembra, pero quería ver su rostro y a la mierda con la jodida incomodidad. Esta era la última vez que estaríamos juntos y no iba a ponerme a gatas dándole la espalda.
 
- Voy por el lubr...
 
- No, así está bien.
 
- No quiero hacerte daño Blay...
 
- Yo lo quiero así - Qhuinn negó y me miro.
 
- Estas jodidamente mandón ¿eh? - sonrió y se acercó hasta darme un ligero beso - está bien por esta vez, la próxima me toca a mí.
 
Pero no habría próxima. El recuerdo de la culpa se extendió por mi pecho y antes de que se apoderara de mi tome el cuello de Qhuinn y lo bese desesperadamente.
 
- ¡Solo, hazlo!
 
- Tú mandas...
 
Sentí como el glande luchaba contra el anillo de nervios de mi entrada hasta que un ramalazo de dolor me atravesó seguido por la excitación.
 
De una sola embestida su polla estuvo completamente en mí. El choque de nuestras caderas comenzó lento y luego fue acelerando hasta volverse salvaje, mis manos estaban enterradas en el pelo de Qhuinn y nuestros gruñidos eran consumidos por nuestras bocas juntas y nuestras lenguas que imitaban el ritmo de nuestras caderas.
 
Éramos un todo y por un momento me deje llevar por mi mente y me perdí en la ilusión de que esto era un comienzo y no un fin. Que esta era uno de muchos días compartidos en los brazos del otro, pero la realidad no era así y eso, la conciencia de esa verdad me hizo buscar la liberación con más necesidad.
 
Cuando tuve la intención de llevar una de mis manos entre nuestros cuerpos para darme placer, me percaté de que habíamos tenido la misma idea porque justo en ese momento sentí como la mano de Qhuinn se cerraba sobre mi erección y la masajeaba al ritmo de sus embestidas.
 
Estaba al borde del orgasmo cuando liberamos nuestras bocas de su lucha por la dominación y nos quedamos mirando fijamente, transmitiendo todos esos sentimientos que siempre habían estado colgando entre los dos como palabras no dichas y gestos no expresados.
 
Como si hubiera sido un acuerdo pre-estipulado los dos al mismo tiempo nos dirigimos a nuestras venas y en un movimiento fluido perforamos el cuello del otro y succionamos al mismo tiempo. El orgasmo fue demoledor. Una explosión que hizo vibrar nuestros cuerpos al mismo compás y arrasó con todo a su paso. Qhuinn se derrumbó sobre mi pecho y con caricias lentas y pausadas de su lengua comenzó a cerrar la nueva incisión.
 
 
Qhuinn:
 
Desperté con una inusual respiración relajada cerca de mi oreja, abrí los ojos despacio y mi boca esbozó una sonrisa tan grande que pensé  rompería mis mejillas.
 
 Blay estaba a mi lado durmiendo profundamente, estaba boca abajo con una de sus piernas enredada entre las mías y un brazo asegurado fuertemente alrededor de mi torso,  levante levemente la cabeza y observé la habitación... todo era un caos, la mesita de noche estaba tirada en el suelo y nuestras ropas estaban esparcidas por toda la habitación, incluso había una camiseta que no sabía si era mía o de él colgando de la TV plasma, jodeeeeer este había sido sin duda el día más largo y agotador de mi vida, recordé con detalles todo lo que había sucedido unas horas antes, mi habitación aun olía levemente a nuestras esencias juntas y las sábanas revueltas que nos tapaban escasamente eran un recordatorio de todo lo que había sucedido aquí.
 
Hacer el amor.... ahora comprendía del todo lo que algunas personas querían decir con eso, el sexo era eso, básico, pero Blay me había enseñado a diferenciarlo, ahora al fin comprendía la diferencia entre el sexo casual y hacer el amor con la persona que amas, mierda, incluso ahora podía comprender a los hermanos cuando se paseaban por la mansión con sus Shellan de la mano y esas jodidas miradas atontadas en la cara, lo comprendía porque ahora sé que cada vez que mire a Blay tendré esa misma mirada atontada en el rostro, ahora sé que cada vez que mire dentro de esos ojos azules no poder evitar ver el amor que siento por ese macho y el futuro que nos espera juntos.
 
Intenté moverme sin despertar a Blay lo cual resultó ser todo un desafío, el aun dormido no aflojó el brazo que me aprisionaba a su lado, mientras más me moví, más cerca me retuvo, como temiendo que lo fuera a dejar o no queriendo que me separara de él, tarde 5 minutos en lograr mover su brazo para poder salir de la cama, Blay se quejó levemente pero se acomodó y continuó durmiendo, yo de pie y completamente desnudo creí que la boba sonrisa había reaparecido, pero en realidad era la misma que había tenido al despertar, esta no había desaparecido.
 
 Camine despacio en dirección al cuarto de baño a ducharme, la verdad era que no quería quitarme el olor de Blay en mi cuerpo jamás, quería su esencia en mi hasta el día de mi muerte, pero ya habría tiempo para eso, esta vez me acomodaría al ritmo de él, y haría las cosas a su manera, porque la virgen sabía que a la mía las cosas por lo general no prosperaban.
De pie frente a la puerta de mi habitación ya con el pelo húmedo y completamente vestido puse  una mano en el pomo y mire nuevamente a Blay esparcido en mi cama, jodeeeer no imagine lo difícil que sería despegar siquiera los ojos ante semejante imagen, en mi interior supe que era algo que mi mente jamás borraría, sabía que esta imagen me perseguiría por siempre recordándome el momento en el que mi vida cambió para siempre, el momento en que dejamos atrás todo para rendirnos a nuestro amor.
 
Aun con la sonrisa pegada en el rostro negué con la cabeza convenciéndome a mí mismo y salí de mi habitación rumbo a la cocina, quería llevarle a Blay algo de comer antes de que se despertara así que debía hacerlo rápido, al llegar a la cocina vi que los Doggen se movían rápidamente llevando platos sucios y me di cuenta que me salte la primera comida, no tengo idea de que puñetera hora es, pero las ventanas entreabiertas que muestran la brillante noche me indican que ya habían pasado unas cuantas horas del atardecer, me apresure en preparar 4 sándwich bastante grandes y le pedí a uno de los Doggen un termo de café, no era la gran cosa, pero luego podíamos venir a por más, ahora todo lo que quería era volver a ver a Blay en mi cama y despertarlo de una forma muy imaginativa.
 
Al volver rápidamente a mi habitación abrí la puerta y quede helado al notar que mi cama estaba vacía, deje mi cargamento sobre el suelo y me apresure a buscar a Blay en el cuarto de baño. No estaba. Fui de nuevo a la habitación y ahora note sobre las sábanas un pedazo de papel, lo tome entre mis dedos reconociendo instantáneamente la pulcra y perfecta letra de Blay, la nota escasamente decía “He tenido que salir, lo siento mucho”, leí la nota tres veces y me la guarde en el bolsillo trasero de los vaqueros, mire la comida que había traído y me encogí de hombros sin saber cómo sentirme, me senté en el suelo y comencé a comer los sándwich que había preparado.
 
Me quede sentado en el suelo de mi habitación un buen rato, no sé por qué pero algo me decía que Blay volvería en cualquier momento, así que decidí esperarlo tanto como me fuera posible, espere más que unos cuantos minutos, y juraría que había pasado una hora cuando tocaron a la puerta, rápidamente me puse de pie y corrí a abrirla pero solo vi a John que me saludo del otro lado, claro, idiota de mi al creer que era Blay, este habría entrado sin tocar a la puerta, después de todo lo que habíamos hecho sólo horas antes él sabía que no necesitaba invitación para entrar aquí, le hice señas a John para que pasara pero él se quedó parado en la puerta y comenzó a gesticular.
 
 -”Reunión en el despacho del Rey Bro, ahora mismo están todos allá”-
  
-Pero... estoy esperando a Blay, lo deje durmiendo y fui a buscar algo para comer, cuando volví ya no estab...-mi voz se fue apagando a medida que veía como los ojos de John se agrandaron con sorpresa, levantó la cabeza y miró más allá probablemente hacia las sábanas revueltas y sonrió muy grande mirándome con suficiencia.
 
-”Ya sabía yo que por algo se habían saltado la primera comida, pero no te preocupes que Blay ya está ahí, al parecer el Rey tiene algo importante que decirnos así que andando”- John me golpeo el hombro y salió rumbo al despacho del Rey,  yo lo seguí algo inseguro.
 
El despacho estaba atestado, estaban todos los hermano ahí, incluyendo a Rhev, Xhex y Lassiter, incluso Phury se encontraba recostado contra una de las paredes, los 10 grandes cuerpos atestaban el despacho sin contarnos a nosotros que acabábamos de llegar y la imponente figura del Rey sentado en su ya habitual lugar tras su escritorio, lo extraño fue... que apenas entramos Él se quedó en silencio quedando a media frase de algo y apuntó con sus ciegos ojos directamente hacia mí.
 
Un escalofrío subió por mi espalda y comencé a sudar al sentir esa mirada fija en mí, el Rey se quedó inmóvil por un par de segundos y luego su expresión se tornó de total intriga, frunció el ceño y movió su cabeza hacia su izquierda, esta vez apuntando a algo o alguien que yo no era capaz  de ver desde mi posición, me moví despacio para poder ver quien era la víctima del ciego escrutinio del Rey y e quede helado al ver a Blay con los ojos fijos en el suelo y una expresión totalmente miserable, no podía definirla de otra forma, él evitaba mirar a cualquier sitio que no fuera a sus pies, y yo no podía comprender por qué lo hacía, tenía un mal presentimiento acerca de todo esto, algo no andaba bien, pero no tuve tiempo de pensármelo por que el Rey comenzó a hablar.
 
-Bien, terminemos con esto- el Rey suspiró pesadamente masajeándose las sienes- tenemos dos temas importantes a tratar hoy, el primero bastante malo y el segundo... ya juzgarán ustedes, como ya varios saben gracias a los grandes pedazos de cotillas que hay en la mansión tenemos un pequeño problema con un Lesser que encontró Tohr, Qhuinn y John en la última patrulla, nunca nos habíamos encontrado con nada así, y en los registros no hay nada al respecto, pero tomando en cuenta los últimos acontecimientos hemos desarrollado una teoría... Explícaselos V- este se puso de pie y comenzó a hablar tranquilamente.
 
-Resumiendo, creemos que los hijos de puta están experimentando biológicamente con los de su propia especie, como ya algunos saben, últimamente las casas que han sido atacadas por los Lesser han sufrido millonarios robos tanto en dinero como en objetos de bastante valor, es decir que los cabrones ya no se conforman con solo matar, están juntando recursos, y si a eso le sumamos el robo que se produjo a un hospital a las afueras de la ciudad, en el cual solo desaparecieron máquinas con tecnología de punta deja mucho que decir, si tuviese que adivinar, diría que los malnacidos tienen alguna instalación en la que han creado una especie de centro médico y tienen a algún experto ayudándolos a intervenir a su raza para hacerlos más fuertes y difíciles de matar... pero ya saben, no soy un jodido adivino.
 
El silencio se estableció en el despacho mientras todos sopesamos las palabras de V, todo tenía sentido, y si V había llegado a esa conclusión, lo más seguro es que hubiera acertado.
Mire a mi alrededor viendo como todos los miembros de la hermandad (y los que no lo eran) llegaban a la misma conclusión que yo, solo Xhex aún tenía el ceño fruncido, como si estuviese buscando una falla en las palabras de V pero a juzgar por su expresión estaba fallando rotundamente, luego mis ojos se dirigieron inconscientemente a Blay, este seguía mirando a sus pies, parecía como si quisiera atravesar el suelo con la mirada lo cual me inquietó aún más.
 
-De seguro todos están de acuerdo con las conclusiones de V, ahora, a excepción de mí y Rhev, los necesito a todos fuera esta noche, TODOS, estamos en un estado de alerta, quiero que interroguen tantos Lesser puedan, esta noche tienen permiso de tortura- pude notar como Z sonreía desde las sombras- necesito que me traigan toda la información que puedan con respecto a estos nuevos Lesser, y si se llegan a cruzar con uno de ellos, no se pongan en peligro y apuñálenlos en la nuca, al parecer es la única forma de acabar con ellos, ¿está todo claro?- el Rey alzó la voz ante la pregunta y las afirmaciones no demoraron en alzarse en un murmullo.
 
-Genial, ahora silencio, quedando eso claro hay otra cosa que deben saber- el despacho quedó en un silencio absoluto y todos miramos al Rey expectantes, éste claramente incómodo giro su cara nuevamente hacia Blay- ¿estás seguro chico? no habrá otra oportunidad para arrepentirse- la pregunta salió en un murmullo cansado de la boca del Rey y Blay por primera vez levantó la vista hacia él y pude ver que sus ojos mostraban decisión y pena.
 
-Sí mi señor, estoy seguro- su voz sonó firme, y yo no pude evitar sentir miedo, el Rey negó lentamente y continúo.
 
 -Muy bien, entonces terminemos con esto, de seguro todos ya conocen a Sophie, la chica que ha estado merodeando por la mansión, quien perdió su hogar y su padre en manos de un ataque Lesser hace un par de días- me encogí al escuchar el nombre de la chica y vi como Blay se tensó visiblemente- y también todos saben que yo no dejo entrar ni quedarse a extraños en la mansión, bueno Les informo que la chica es la... prometida de Blay, y han decidido emparejarse dentro de unos días.
 
La habitación se congeló y todos los rostros se volvieron hacia mí, yo simplemente pensé que el Rey nos había jugado una broma, pero cuando pasaron los segundos y nadie dijo nada, un frío subió por mi espalda dejándome inmóvil y mi corazón se detuvo por un momento, cada uno de los pares de ojos que había en el despacho me miraba con intriga, como esperando que dijera algo, sin siquiera pestañar mire a Blay que estaba aún mirando hacia el piso pero ahora tenía los ojos y puños cerrados fuertemente y temblaba.
 
La realidad me golpeó como un balde de agua fría, era por eso que él había ido a mi habitación por la mañana, no iba a arreglar las cosas... iba a despedirse. Sentí claramente como mi corazón se rompía literalmente en miles de pedazos que sería imposible volver a unir, un dolor insoportable se instaló justo en el lugar en el que debía estar este, y haciendo acopio de la última fuerza que me quedaba me giré y salí del despacho lentamente.
 
 Una vez fuera sentí voces llamándome, cerré los ojos con fuerza e intente creer que todo era mentira.... pero no lo era, en mi interior lo sabía, sentí una voz llamando mi nombre, la única voz que me importaba, la voz que la última vez que había dicho mi nombre, había sido cargada de amor... de pasión, algo que no sucedería otra vez, jamás, porque no me pertenecía, ahora pertenecía a una hembra, la que sería su Shellan, y la madre de sus hijos.
 
 El dolor en mi pecho fue tan grande, tan intenso que no aguanto dentro de mi cuerpo y salió expulsado en un gruñido que fácilmente podría haber oído toda la mansión y más lejos, podía sentir brazos sosteniéndome, pero ninguno de ellos me sostendría lo suficiente como para mantenerme unido, aunque ninguno de ellos estaría ahí para verlo, les ahorraría la lastima.
 
Un último recuerdo acudió a mi mente antes de desvanecerme, la imagen que prometí grabar en mis retinas por toda la eternidad, Blay dormido plácidamente en mi cama, sobre las sábanas desordenadas y luciendo en paz, en mi recuerdo lo amaba, y sabía que siempre lo haría, pero ahora, en el presente lo odiaba, porque solo era posible amar con un corazón, y el mío había quedado esparcido en pequeños trocitos sobre la alfombra del Rey, y nadie jamás podría volver a unirlo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario