martes, 18 de junio de 2013

Capitulo 10 "Sueños Negados"





Blay

Estaba parado frente al rey sintiendo como la bilis subía por mi garganta y reteniendo a duras penas las ganas de vomitar. Todos los hermanos estaban parados en la habitación lanzándome miradas y susurrando en voz baja, pero yo no prestaba atención ¡¡estaba aterrado!! Sentía claramente como todo se derrumbaba y ya no sabía cómo lograr salir de esto...

Las palabras del rey y la última carta de Jack se repetían una y otra vez en mi mente...

- Veo que recapacitaste, me alegro hijo...
- No - el rey me lanzó una de sus miradas características y sólo enarcó una ceja.
- Estoy ciego hijo, pero mi olfato funciona perfectamente
- Mi decisión no ha cambiado
- ¡Joder! no voy a preguntar de nuevo Blaylock. Eres un macho y sabes que esta mierda es para toda la vida, que dicho sea de paso es muy larga cuando estás solo o con la compañía inadecuada.
- Es lo correcto mi señor
- Yep, y es una mierda por eso mismo...
- Está decidido, no hay marcha atrás. Yo... me emparejaré

Hubo unos minutos de un espeso silencio en el que el rey me miraba o por lo menos eso sentía a través de sus espesas gafas, logrando que la incomodidad se apoderara de mi cuerpo.

Algo no iba bien  y tenía el leve presentimiento de que me enteraría en cosa de segundos que pasaba...

- Los necesito a todos en las calles, algo extraño está pasando con los Lesser y ya no puedo cumplir con la semana que te había dado. Tú lo decidiste hijo, esta noche se anunciara el emparejamiento y cuando todo esté preparado se realizará.


La continuación de esa conversación fue un borrón de cosas, palabras que mi mente sabía que debía entender, pero mis pensamientos estaban muy lejos como para prestar atención a  algo de lo que escuchaba y de lo que salía de mi boca.

Una y otra vez repasaba las palabras de Jack en mi mente y el tirón de la lealtad me movía para hacer lo que él me pedía...

Blaylock hijo de Rocke

Hijo, desearía que no estés leyendo esta carta porque eso significa que he muerto antes de lo que todo padre desea, antes de ver feliz y segura a mi hija.
Espero haber muerto con honor y no como todos los cobardes esos de la Glymera.
Rocke, tu madre y tú son nuestra única familia. Aún recuerdo el día en que un Rocke todo orgulloso me presentaba a su heredero, el macho de valía que representaría su linaje. Debo reconocer que me sentí algo celoso, ya sabes, estaba muy feliz de tener a mi pequeña, pero como todo padre pensé que mi primer hijo sería un macho.
Con el tiempo y a medida que crecían tú y mi pequeña eran inseparables, siempre salías herido por culpa de sus travesuras y yo junto con Rocke nos sentíamos orgullosos de ver como siempre tomabas la responsabilidad dejando que la traviesa de mi hija saliera impune.

Pero todo detonó aquel día, cuando mi amada Sharlot murió. Entrar a tu casa, tu santuario y verlo todo profanado es horrible hijo, pero ver a la hembra que amas muerta y degollada es una pesadilla. Ese día mi mundo se hubiera esfumado, el sentido de mi vida hubiera muerto completamente si no fuera por ti. Cuando después de una hora de búsqueda los encontré escondidos en un ropero y vi como usabas tu pequeño cuerpo para cubrir a la única persona que me quedaba en la vida, en ese momento fue cuando lo decidí.
Ningún otro macho sería más digno que tu Blaylock para cuidar a mi pequeña cuando yo ya no estuviera.
En tus manos dejo el tesoro más preciado de mi vida, sé que la cuidaras y respetaras como ella se merece...

Eso había sido todo, con esa simple carta el trato estaba cerrado. Podría haberme hecho el desentendido y escapar de las últimas palabras de Jack que dijo en el despacho de mi padre, pero ¿de esa carta? jamás. En lo más profundo de mí sabía que no sería capaz de vivir tranquilo conmigo mismo sabiendo que no hice lo correcto, pero aun así, todos los motivos del mundo no fueron suficientes para enfrentar lo que se venía.

Vi desde un rincón de mi mente todo, como si estuviera en otra parte y fuera simplemente un espectador. Él anuncio las órdenes, los susurros todo era borroso.

Lo único que logro sacarme de mi trance fue la reacción de Qhuinn, verlo marchar fue lo que terminó por desgarrarme por dentro y dejó un agujero en el lugar donde debería estar mi corazón. Ya no fui capaz de aguantar la bilis y salí del despacho directo a mi habitación. Cuando entre vi a Sophie sentada en la cama pero no la saludé, seguí directo al baño y vomite todo el contenido de mi estómago.

Los espasmos seguían aún cuando ya no tenía nada más que vomitar y la caricia de una delicada mano en mi espalda era el único pequeño confort que lograba encontrar.

Me senté en el frío suelo y levante la mirada perdida, no me había dado cuenta que estaba llorando si no fuera por el sonido estrangulado de Sophie y sus cálidas manos limpiando mis lágrimas.

- Blay... ¿cariño? ¿Qué pasa? algo esta... - de pronto sus caricias cesaron y la sorpresa junto con una emoción que no puede clasificar se reflejó en sus ojos.

- Estoy bien. No... No es nada - me puse de pie con las rodillas temblorosas y comencé a desvestirme para darme una ducha - esta noche no estaré, salgo de patrulla, llamare a mis padres y le pediré a un Doggen que te lleve a su casa para preparar todo.

Seguí desvistiéndome, sacándome todo la ropa por acto reflejo mientras por mi mente pasaban una y otra vez las imágenes de Qhuinn en la cama...

- Todo va a estar bien - me quede petrificado al sentir como unas pequeñas manos rodeaban mi cintura por detrás y unas curvas muy femeninas se apoyaban en mi espalda.

Los pequeños brazos me sostuvieron con fuerza y no pude evitar pensar que en unos pocos días esos serían los que me abrazarían por el resto de mi vida. Una muy larga, larga vida...


Qhuinn:

Solo era consciente del agua fría que entumecía mi cuerpo, nada más. Hace unos minutos me había desmaterializado hacia mi cuarto antes de que nadie pudiera decir nada.... y  aquí estaba, completamente vestido de pie en la ducha mientras el agua fría me empapaba hasta los huesos.

Mi mente aun esperaba que el agua la entumeciera así como había echo con mi cuerpo, pero no era así, dolía...  pero en estos momentos lo que más dolía era la frustración, el haber estado tan cerca de la felicidad, la pude tocar, oler y saborear, pero no la podría tener, porque le pertenece a otra persona, y el solo hecho de saber esto hacía que doliera aún más, todo estaba hecho, yo conocía a Blay lo suficientemente bien como para saber que si había decidido esto... era porque no había marcha atrás, así que me impedí a mí mismo albergar cualquier tipo de esperanza, no me crearía falsas ilusiones, ya no más.

No me di cuenta de que golpeaban a la puerta de mi cuarto hasta que la oí cerrarse suavemente, y no note que se metían en mi baño hasta que vi un par de grandes manos aparecer de pronto en mi campo de visión. Era John, que comenzó a mover sus manos gesticulando para que le prestara atención, pero ciertamente no quería saber nada de lo que fuese que me estuviera comunicando, así que cerré fuertemente mis ojos ignorándolo por completo y me concentre solo en el agua helada entumeciendo mis músculos.

Pasaron los segundos y el agua cesó, las mismas manos que se agitaban frente a mi rostro ahora me sacudían con algo de fuerza, suspire cansadamente y abrí despacio mis ojos rogando silenciosamente porque se fuera y me dejara solo.

-"Tenemos que patrullar... ahora"- sus ojos mostraban una total preocupación y eso fue lo que me hizo reaccionar luego de varios segundos más inmóvil.

Una parte de mi quería quedarse justo aquí, bajo el chorro de agua fría por siempre, anhelando incesantemente que eso fuera suficiente para adormecer mis sentidos, pero una cordura que no sabía de donde salió se apoderó de mí, y pensé en John, el macho que estaba de pie a mi lado con una mirada que estaba cargada de preocupación por mí, él era una de las pocas personas que jamás me había dejado solo, había sabido respetar mi silencio pero aun así siempre había estado ahí para mí, y yo lo respetaba por eso.

Guiándome por ese sentimiento salí de la ducha con mi ropa y botas empapadas, automáticamente John puso una toalla sobre mi pelo mojado y en vez de irse con su Shellan o a hacer cualquier cosa se sentó en mi cama esperando a que me vistiera como si yo fuera un niño pequeño que necesitaba supervisión, apreciando el gesto y en completo silencio me quite la ropa mojada y me seque rápidamente para vestirme y colocar todas mis armas en sus respectivos arneses, una vez listo, mire a John esperando que entendiera la pregunta implícita en mis cansados ojos.

-"Bien...  la mayoría ya se ha ido, nosotros vamos con Z que seguramente nos está esperando abajo"-

Yo solo asentí y eché a caminar despacio evitando a toda costa mirar mi cuarto y sobre todo la cama, ya tendría que lidiar con eso más tarde.

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La fría noche nos abrazaba cruelmente mientras caminábamos por los callejones del barrio residencial de Caldwell, no había rastro de Lesser en este sector lo cual me hacía difícil mantener la mente ocupada en algo y mis pensamientos vagaban peligrosamente cerca de Bla....  No, me impedí a mí mismo pronunciar ese nombre aunque fuera dentro de mi mente, los latigazos de dolor aún seguían presentes y algo me decía que lo estarían por muchísimo tiempo más, no podía permitirme caer en esa espiral ahora, no en las calles.

Estaba distraído, lo sabía, pero puse todo mi esfuerzo en la patrulla y me forcé a mí mismo a concentrarme en todos los callejones, las casas y hasta las sombras a mi alrededor, pero la noche por estos lados estaba mortalmente tranquila,  podía escuchar cada vez más seguido a Z maldecir, él como siempre ansiaba una buena pelea, y yo por mi parte quería caminar por siempre, alargar esta patrulla tanto como fuese necesario porque siendo sincero conmigo mismo, tenía miedo de volver a la mansión, no quiero volver a mi cuarto y no quiero volver a ver a... cierta persona, porque sé que no podría soportarlo.

Un jadeo rompió el constante silencio a nuestro alrededor y nos hizo girar las cabezas hacia una esquina a unos pocos metros, mentalizándome en ese sonido eche a correr sintiendo los pasos de Z y John atrás de mí, al llegar a la esquina vi claramente como un solitario Lesser aguardaba hasta hacer contacto visual con nuestro pequeño grupo para luego echarse a correr y entrar en un oscuro callejón, note como Z se echaba a correr para alcanzarlo pero alargue mi brazo impidiéndole que pasara, él automáticamente me gruño en respuesta.

-¡Espera! es lo que quiere Z, si vas tras el vas directamente a la boca del lobo, de esta misma forma nos atrajo un Lesser cuando patrullábamos con T y ya vez cual fue el resultado, debemos alejarnos si queremos seguir de una pieza, no sabemos lo que nos puede esperar del otro lado- Z no estaba muy de acuerdo y me fulminaba con la mirada, mire a John pidiéndole silenciosamente que me ayudara.

-"Z es cierto, no podemos ir ahí, probablemente hay otro de esos Lesser, hay que llamar a los demás y advertirles para que no caigan en la trampa"- John gesticulaba directamente en el rostro de Z en un intento por distraerle, pero el seguía con el cuerpo tenso listo para salir tras el Lesser, pasados los segundos se relajó solo un poco y me lanzo el móvil para hacer las llamadas.

Mierda, yo no sabía cómo se habían distribuido las patrullas y si los llamaba uno por uno tendría que llamar a...  no, definitivamente no lo haría. Cambiando de opinión escribí un rápido mensaje de texto informando la situación para que tuvieran cuidado y lo envié a todos los hermanos, le devolví el móvil a Z que ya estaba  más calmado pero condenadamente molesto.

Al parecer los Lesser al notar que no los seguimos hacia sus trampas emprendieron retirada, durante las horas que quedaban de oscuridad no encontramos ni un solo cabrón más, y probablemente el resto de los hermanos habían corrido con la misma suerte, porque al volver a la mansión todos maldecían y mascullaban en silencio. Apenas volvimos se convocó una reunión para darle a conocer al Rey los detalles de la patrulla, pero antes de que llegaran todos me escabullí silenciosamente a mi habitación, ciertamente nadie me echaría de menos en la reunión y no tenía ganas de tener a nadie cerca, así que subí directamente a mi cuarto.

Al abrir la puerta mis ojos viajaron inconscientemente a la cama... que aún tenía las sabanas revueltas... pase de largo rápidamente intentando con cada fibra de mí ser ignorarlas y fui a darme una ducha, pero no me sentía mejor, la angustia continuaba ahí acompañada por el dolor, el recuerdo de todo en mi mente era tan vivido que tenía miedo de volver a dormir en mi cama, tenía miedo de soñar, por primera vez en mi vida no quería soñar con Él, porque en el fondo de mi ser sé que al despertar, no podre soportar el no tenerlo a mi lado nuevamente, el saber que todo era un engaño y que jamás volvería a suceder... al menos conmigo.

Con ese pensamiento y un estúpido y repentino temor hacia mi cama me quede ahí... solo envuelto en una toalla sentado en las frías baldosas del cuarto de baño, rezando silenciosamente por despertar, y seguir a su lado, que todo haya sido un sueño, que no exista nadie, ninguna Sophie ni ningún hermano, incluso ningún Rey, solo nosotros dos, compartiendo nuestras vidas... sentí como la humedad se agolpaba en mis ojos y finas gotas de puro dolor corrían despacio por mi rostro, quebrado... roto, así era como me sentía, traicionado y herido…

Las horas pasaron e inmóvil como estaba, no pude dormir, cuando toda mi familia me dio la espalda, tuve un sentimiento similar, me sentía traicionado, pero no estaba solo, tenía a mi ancla, pero ahora que mi punto de apoyo no estaba, ahora que mi razón para seguir adelante se había ido... ya no había razones para luchar.

Oí como las persianas se abrían para mostrar la brillante noche y de pronto lo supe, no podía permanecer aquí, sabía todo lo que había en juego, y lo único que me hacía dudarlo era mi rol como  Asthrux Nohstrum, el Rey se cabrearía, pero yo no estaría aquí para presenciarlo, y John estaría triste, lo sabía, pero el encontraría regocijo en su Shellan y lo superaría, como había hecho con peores cosas que habían sucedido en su vida, yo solo sería una más de tantas.

Totalmente decidido me puse de pie y me estire en toda mi estatura oyendo como mis huesos crujían en protesta a la rigidez de horas sentado en el suelo, pero no me importo, cerrando mis emociones por unos segundos hice acopio de valor y camine hacia mi cama, sin mirar mucho tome las sabanas que la cubrían y las enrolle tirándolas al cuarto de baño y cerrando la puerta para no volver a verlas.

Me puse unos vaqueros desgastados y una camiseta negra de Motorhead, fui al armario donde guardo mis armas y me ate al cuerpo todas las que pude, luego me puse mi chaqueta de cuero para cubrir todo y tome una mochila grande y desgastada que tenía guardada, metí adentro cartuchos para las pistolas, algo de ropa y algunas otras pequeñas cosas que sabía necesitaría, y en el espacio que quedaba metí lo que realmente importaba, dos botellas de herradura que tenía guardadas aquí y bastante dinero que tenía ahorrado en caso de emergencias, ahora si estaba listo.

Espere dentro de mi cuarto hasta que creí haber oído que todos habían bajado a la primera comida, cuando no se oía más que silencio abrí la puerta y salí, despidiéndome silenciosamente de la que había sido mi habitación durante un buen tiempo. Baje las escaleras al trote agradeciendo porque no había nadie, y cuando me dirigía al garaje sentí un suspiro ahogado a mi derecha y entonces la vi... la culpable de todas mis más recientes pesadillas. La hembra vestía ropa deportiva y tenía el rostro perlado en sudor, hice todo mi esfuerzo por ignorarla e ignorar el dolor que sentía en ese momento y seguí caminando, pero ella claramente me lo impidió

-¡¡Espera!!- me detuve  sin mirarla y simplemente espere a que dijera lo que tenía que decir.

-Creo que tú y yo tenemos una conversación pendiente- exigió la hembra con un tono autoritario lo que me hizo levantar la vista y mirarla con el odio que en estos momentos sentía por ella.

-No hay absolutamente nada que debamos hablar, ya tienes lo que querías, un Hellren y un hombre condenadamente miserable, felicitaciones.- sin esperar respuesta me metí por los túneles en dirección al garaje.

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Milagrosamente nadie me había visto, al menos aún, porque gracias a las cámaras sabía que
finalmente terminarían todos enterándose, pero en la actualidad no podría importarme menos, fui directamente a mi Hummer, la verdad es que no tenía ni puta idea de donde pasaría las horas de luz, pero llegado a este punto no podía importarme menos, ya me las arreglaría. Metí mi mochila dentro con cuidado de no golpear el contenido, y cuando me disponía a subir al coche sentí un leve silbido a mis espaldas...  genial, atrapado. Me giré despacio para ver a Vishous apoyado en la entrada del garaje con un liado sujeto entre sus labios, me miro y me lanzo algo que no alcance a ver, pero instintivamente alcé la mano para cogerlo.

-Espero estés seguro de lo que haces, y que no mueras en el proceso.- y diciendo esto se desmaterializo, yo no podía estar más perplejo, pero no me pondría a analizar sus palabras ahora, me metí al Hummer y partí rumbo a la noche, dejando atrás mi vida y todo lo que alguna vez me importó.


Sophie

Desperté nuevamente rodeada por el aroma de Blay, acurrucada entre sus mantas y con la habitación en un completo silencio. Puse atención esperando escuchar el sonido del agua al caer en el cuarto de baño pero nada. Blaylock no estaba aquí.

Sin prisa  fui al baño y tome una larga ducha, disfrutando de la sensación del agua caliente deslizándose por mi piel y permitiéndome sumergirme en mis pensamientos… aun no podía creer lo que había pasado ayer. Emparejarme con Blay había sido mi sueño recurrente cuando era solo una niña pero había quedado olvidado con el tiempo. Ahora que todo volvía y era una realidad estaba sumergida en un estado de trance en donde no era capaz aún de asumir el gran significado de todo esto…

Luego de salir de la ducha había tomado unos simples pantalones deportivos una sudadera y había tomado mi pelo en una cola. Estaba bajando las escaleras con la clara intención de entrenar un poco esperando a Blay cuando un Doggen me anunció que la primera cena estaba lista y que todos ya estaban en el comedor disfrutando de ella.

Había ido directamente en esa dirección olvidando completamente mis planes al pensar que quizás me podría topar con Blay y hablar todo lo que había pasado, pero no estaba de suerte. Solo había rostros desconocidos en la gran mesa. Por un minuto considere seriamente escabullirme sin que nadie notara mi presencia pero mis ojos se toparon con unos amarillos que reconocí al instante. El Sir Zsadist estaba sentado junto a una hermosa hembra y en su regazo descansaba una pequeña de cabellos multicolor y con unos ojos ambarinos igual de hermosos. La sorpresa me golpeo por un momento al ver a tan rudo guerrero sosteniendo a la pequeña como si fuera la cosa más preciada en su vida mientras le daba de comer de su mano a la hembra junto a él. Ella  le sonreía con tal amor en sus ojos que no dude ni por un segundo que era su Shellan.

Mirando más cuidadosamente  me percate que cada macho sentado estaba igualmente acompañado por una hermosa hembra o junto a él o en sus regazos como era el caso del macho más grande sentado en la cabecera de la mesa.

No supe que hacer por un largo minuto y luego una silla sonó, todos los ojos se giraron en dirección al ruido, incluyéndome y miraron detenidamente cada movimiento del macho en cuestión que se dirigía a mí con paso firme y decidido.

- Deberías comer algo antes de entrenar -  dijo el guerrero Zsadist mirándome fijamente con esos ojos tan similares a mi padre… “ya entiendo, ¡eso era!”. Mire a la niña en sus brazos y comprendí el motivo de su mirada, él sabía lo que había vivido y de algún modo lo entendía, después de todo era un guerrero y padre…

La calidez y la tristeza me llenan por igual al comenzar a recordar a mi padre. Me estaba sumergiendo en la pena y el dolor nuevamente pero la línea de mis pensamientos fue cortada por murmullos impresionados y el repentino peso de un pequeño cálido cuerpo en mis brazos.

-Que…

-Nalla aún no ha comido, siéntate con ella y comes algo también – sus palabras suenan más como una orden  y me quedo mirándolo sorprendida al igual que todos en la sala.

El guerrero no dice nada más y se retira con paso firme rumbo a las escaleras. Mire en todas direcciones hasta que me encuentro con los ojos de la linda hembra que hace pocos segundos estaba sentada junto a él y me sonríe indicando un puesto junto a ella con un movimiento de la mano.

El resto de la primera comida transcurre sin revuelo alguno y cuando terminó me fui nuevamente al cuarto de Blay buscándolo. Aun no lo he visto y estaba comenzando a preocuparme… entre al cuarto buscando por algún rastro de su presencia pero nada, él aún no estaba aquí. Me senté confundida en la cama y mil pensamientos trágicos comenzaron a apoderarse de mi mente, la desesperación estaba comenzando a hacer estragos en mí cuando la puerta del cuarto se abre de golpe y Blay entra como un vendaval al cuarto de baño. Debe haber pasado mucho tiempo sentada porque cuando me movi al comienzo sentí la molestia en mis articulaciones.

Rápidamente lo sigo preocupada y al mismo tiempo aliviada de verlo entero y en buenas condiciones o eso creí hasta cuando entre al baño y lo encuentre hincado sobre el inodoro vomitando. Sin dudarlo un segundo me acerque y comencé a masajear su espalda tratando de reconfortarlo y pensando en llamar a esa doctora que me había entendido antes.

Luego de unos minutos se dejó caer en el frío piso y la preocupación se volvió aún mayor cuando vi lágrimas deslizándose por su rostro. Comencé a preguntarle que estaba mal pero una fragancia llego a mi nariz y todo se volvió… confuso…

Vinculación… Blay tenía el cuerpo impregnada por la esencia vinculante… no sólo de él, tenía la esencia de otro macho en su cuerpo también. “¿Qué…quée significa esto?”

No comprendía nada ¿Por qué Blay tenía esa esencia en su cuerpo? ¿Qué lo había hecho reaccionar así? ¿Lo había lastimado ese… macho? Por la Virgen Escriba había hasta vomitado… y si quizás… mi pecho se oprimió pensando lo peor pero luego recordé que en su piel no solo había una esencia si no dos.

No sabía que estaba pasando pero lo descubriría, la decisión estaba tomada. Por algún motivo el macho más importante en mi vida estaba parado frente a mí dándome la espalda, desvistiéndose y dejándome fuera de su sufrimiento, pero no lo permitiría. Blaylock sería mi Hellren muy pronto y yo no dejaba que nadie dañara a las personas que eran importantes para mí.

Sin prestar atención a las palabras que él me decía lo abrace por la espalda tratando de reconfortarlo y le prometí que todo estaría bien. Yo me encargaría de que todo lo estuviera y llegaría hasta el fondo de esto.

La noche transcurrió tranquila y rápido con todo el ajetreo de visitar a los padres de Blay y planear el emparejamiento. Yo quería una ceremonia sencilla y ellos lo comprendieron debido a que aún estaba de luto por mi padre.

Cuando volví a la mansión ya era casi de día. Pase por algo de comer a la cocina y luego me fui directo al cuarto. Me sorprendí al encontrar a Blay duchado y con un pantalón de chándal solamente. El me miro con unos ojos tristes he intento sonreír pero su sonrisa no llegaba hasta sus ojos.

-¿Te molesta si hoy duermo contigo? – por un momento me sorprendí, pero su pregunta sonaba tan ingenua que no pude evitar reír.

-Es tu cuarto Blay, puedes dormir donde quieras – la risa se propagó por su rostro también y
me sentí mejor de poder darle una chispa de alegría a sus ojos.

-Solo estoy tratando de ser respetuoso cariño, no mates mis intentos.

-No lo intentes, no te queda bien – me burle de el con la esperanza de poder mejorar su ánimo y sonreí al ver que lo logre – ahora ve a la cama macho que luego me uniré a ti – le guiñe un ojo juguetonamente y me fui al cuarto de baño.

Me di una ducha corta y volví al cuarto con una de las remeras de Blay que me queda como vestido. Me acosté junto a él y me gire para quedar frente a frente.

Deseaba preguntarle cómo estaba pero su mirada me detuvo y en vez de decir cualquier cosa simplemente me acerque y comencé a acariciar su pelo como él lo hacía conmigo cuando era pequeña para que me quedara dormida. Después de una hora Blay estaba profundamente dormido y yo no pude conciliar el sueño preguntándome cual es la causa de la tristeza que lo está consumiendo…

Comencé la noche con una sesión de entrenamiento en donde me volví a topar con el guerrero Zsadist quien me saludó y luego siguió con sus sesiones de pesas, había otro macho en el cuarto al que no conocía pero tenía una presencia amable y al mismo tiempo algo revoltosa. Estaba casi por retirarme cuando se acercó a mí, se presentó como Butch y dijo que lamentaba lo de mi padre.

Salí de la sala con una sonrisa en el rostro y con el cuerpo cansado. Comencé a pensar en prepararle algo para comer a Blay para animarlo, justo cuando un macho pasa frente a mí con paso firme. Me era extrañamente familiar y cuando vi su rostro por fin lo reconocí, era Qhuinn el amigo de la infancia de Blay.

El y Blay pasaban todo el tiempo juntos, tanto así que recuerdo tenerle celos a Qhuinn por acaparar su atención. El debería saber que era lo que le estaba pasando a Blay últimamente.

Cuando llegó un poco más cerca note un leve y casi imperceptible olor que me dejó en shock. Debo haber hecho algún tipo de ruido porque él se giró en mi dirección y nuestras miradas se cruzaron. No pude evitar dar un paso atrás cuando el más puro odio se reflejó en su mirada al reconocerme y luego el comenzó a caminar.

Sin detenerme a pensarlo mucho doy un paso y lo llamó. Él se detiene pero no me mira, sigue de espalda y eso de alguna manera logra molestarme y que mi voz salga cortante.

-Creo que tú y yo tenemos una conversación pendiente- exigí y con eso él se giró y me miró con un odio que sus palabras destilaron aún más.

-No hay absolutamente nada que debamos hablar, ya tienes lo que querías, un Hellren y un hombre condenadamente miserable, felicitaciones.- eso fue todo, no espero respuesta alguna y se marchó dejándome estupefacta y con un millón de preguntas más en la mente.


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